El Nuevo Herald de hoy publica un reportaje sobre la situación actual de la discriminación racial en Cuba. Signado por la periodista Nora Gámez Torres, el texto me parece justo y balanceado y quizás suponga un impulso en el tratamiento del tema.

He decidido publicar íntegramente las respuestas que a ella le he ofrecido, alguna de las cuales aparecen el articulo publicado hoy,  teniendo en cuenta que hace un tiempo que escribo sobre este asunto en esta bitácora.

Nora Gámez (NG): Desde el llamado Período Especial se ha ido creando un consenso acerca de las principales manifestaciones de desigualdad racial y sus causas en Cuba (sobre todo causas estructurales como la relación directa con la pobreza, el desigual acceso a remesas, empleos en el turismo y ahora cuentapropismo). ¿Por qué crees que el estado no ha tratado directamente de buscar soluciones a estos problemas?

Me consta que el estado cubano ha intentado aproximarse al tema de las desigualdades raciales tomando en consideración fundamentalmente la obra acumulada por mas de 20 años, diría yo, de intelectuales cubanos (como pueden ser Tato Quiñones y Mayra Espina) y experiencias de activismo, proyectos, etc. Sin embargo aun es insuficiente y la mejor evidencia es que la discriminación racial se reproduce a todo nivel, donde incluyo la institucional, y sigue considerándose el “eso siempre ha sido así”.

Por otra parte, queda mucho por trabajar con la población en general y se ha pedido reiteradamente que se convoque a un debate nacional sobre el asunto, de manera que se propicie la sensibilización de todas las personas, pues el enfrentamiento a la discriminación y la desigualdad racial es tarea de la sociedad en su conjunto, entiéndase las personas, la sociedad civil, las instituciones sociales, las gubernamentales, etc.

Del mismo modo, proyectos como La Cofradía de la Negritud, El rincón de los milagros, Afrocubanas, e iniciativas como ARAAC, etc., necesitan del apoyo y más que eso que no se levanten obstáculos en sus labores. Necesitamos que todo sea mas fluido, que la ignorancia y el miedo no nos desgasten dando explicaciones que ya han sido ofrecidas en las últimas dos décadas.

NG: Recientemente Zurbano hizo un balance del trabajo de la ARAAC y señaló los resultados limitados que han tenido. ¿Cómo ves el futuro de este tipo de organización de activismo ciudadano?

Quisiera pensar que el activismo jugará definitivamente un papel importante en Cuba en la consecución de la igualdad racial y la eliminación de la discriminación racial. No queda otra. Activistas, intelectuales, investigadores e investigadoras han realizado un trabajo, a veces en conjunto, otras distanciados y también con fricciones, que apuntan a un levantamiento del tema, a un acercamiento desde varias perspectivas a la discriminación racial y en los mejores casos se han plateando estrategias, se han fundado proyectos, desarrollado iniciativas con ese fin. En mi opinión, necesariamente tendremos que caminar hacia una sociedad que condene  el racismo sin embargo para ello se tendría que otorgar un lugar preponderante a la educación y a la posibilidad de constar con una norma jurídica especifica que sancione la discriminación racial y que proteja entonces a los grupos de personas que frecuentemente son discriminados.

NG: ¿Cómo podría el activismo ciudadano de organizaciones como ARAAC o el Comité Ciudadanos por la Integración Racial superar sus limitaciones actuales?

Las limitaciones actuales para un activismo efectivo las veo muy vinculadas con el acceso a la información, la educación y la no posibilidad (real, pronta y fácil) de realizar una denuncia ante un hecho de discriminación racial (lo mismo sucede con el sexismo, la misoginia, la homofobia, etc), la participación ciudadana y la posibilidad de asociarse libremente.

Las redes sociales, los blogs, los sitios webs, los foros son herramientas que nos permitirían indudablemnte el debate, pero ya sabemos las limitaciones objetivas que tiene la población cubana para acceder a la Internet.

Por otra parte, creo muy necesario el establecimiento de un «Observatorio contra la discriminación racial» como instrumento que nos permita seguir el asunto en todas sus dimensiones posibles. Uruguay por ejemplo, un país con una población afrodescendiente mucho menor que la cubana, tiene uno y hasta donde se es efectivo.

¿Crees que las políticas afirmativas pudieran funcionar en el caso cubano?

Las vilipendiadas acciones afirmativas han concentrado la atención de muchas personas en el país, en mi opinión, sobre todo a partir el desconocimiento y la ignorancia. Cuba tiene una larga trayectoria en la implementación de medidas específicas que tienen como objetivo propiciar la igualdad. El mejor ejemplo es el “tema mujer”, por llamarle de algún modo.

De manera que el susto por la aplicación de políticas públicas que estimulen la participación, el desarrollo, etc., de las personas históricamente marginalizadas, creo que es infundado y que solo es explicable a partir del mismo racismo y de lo que ha sido nombrado como “miedo al negro”, por una parte; y por otra a la idea recurrente de que si somos beneficiaros de las acciones afirmativas es porque no podemos “competir” en igualdad de condiciones o sea que nos subvaloramos.

Yo podría contar por ejemplo, que la «Universalización de la educación superior» (popularmente llamada municipalización), fue indirectamente, una estrategia muy productiva para que jóvenes que por diversas razones no habían accedido a la educación terciaria pudieran obtener un título universitario y a partir de ahí desarrollar una carrera profesional. Yo soy fundadora de la sede del municipio habanero Diez de Octubre y puedo decir que mis estudiantes eran principalmente hombres y mujeres negras y mestizas muy interesados en graduarse, muy estudiosos pero que con anterioridad no habían podido ingresar o continuar la universidad. Eso es, sin dudas, un resultado a resaltar.

En el ámbito económico, la estimulación del emprendimiento en mujeres negras o en jóvenes negros, por ejemplo, quizás sea una manera loable de insertar a esas personas y así minimizar la posibilidad de que sean marginalizadas y no les quede más remedio, por ejemplo, que vender jabitas en la puerta de las tiendas y mercados.

Recientemente presentamos ante ARAAC, pues lo elegimos como interlocutor en Cuba, un proyecto con ese objetivo pero lamentablemente no recibimos respuesta. Sabemos que es algo novedoso y tal vez en la Isla aun no exista una estructura para que esto sea posible. No obstante, es un proyecto loable.El proyecto es idea original de Alberto N.Jones, un cubano afrodescendiente residente en los EU, al cual yo me sume. Nos interesa gestionarse y ofrecer micro-créditos a personas que no tendrían otra forma de financiamiento para abrir sus negocios y nos interesan aquellos negocios vinculados con la cultura popular, la afrodescendencia, aquellos oficios que aunque necesarios han pasado al olvido.

Una respuesta a “«Quisiera pensar que el activismo jugará definitivamente un papel importante en Cuba en la consecución de la igualdad racial»”

  1. […] Alvarez, a black romantic and author of a blog titled, Negra Cubana tenía que ser (it had to have been a black Cuban woman) pronounced some-more support is indispensable for […]

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