Hay comentarios que llegan a ser más importantes, en tanto generadores de polémicas, que los post que les dieron lugar.
Decido publicar entonces en Negracubana, como entrada independiente, dos comentarios que dejara recientemente el cubano Alberto N Jones en el post Una de sal y otra de azúcar (https://negracubanateniaqueser.wordpress.com/2011/10/25/1912-una-de-sal-y-otra-de-azucar/).
Alberto N Jones
13/12/11 at 11:24
Marti lo dijo, el poder de la verdad en el fondo de un pozo….. se hizo realidad con la presentacion de este conmovedor documental de Gloria Rolando.
Honor eterno a Gloria por rescatar nuestra historia, nuestro dolor y la justa reivindicacion de los martirizados de nuestro pais.
Ninguna fuerza, por poderosa que esta sea, podra ocultar por mas tiempo, el crimen que ha manchado y continuara manchando nuestra historia nacional, hasta que todos con valor y dignidad nos situemos a lado de las vicitimas y no junto a los victimarios.
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Alberto N Jones
13/12/11 at 11:35
Cuba 1912. Mancillando la memoria de las victimas, de Alberto Jones, 8/11/11top
Para cualquier Cubano de mas de 60 años de edad oriundo de Santiago de Cuba, Guantánamo, Yateras, Songo-La Maya o San Luis, el epicentro de la horrenda masacre de unos 3000 hombres, mujeres y niños en Cuba, el articulo titulado “Revelador ensayo de Rolando Rodríguez sobre la masacre de negros y mulatos que tuvo lugar en 1912, Historia de una infamia” por Pedro de la Hoz el 4 de Noviembre del año 2011, debe haber indignado y herido profundamente a miles de Cubanos dentro y fuera del país.
Madre Mambi y su hija, a la izquierda
Esta fabula o novela de cuarta categoría, no tuvo el pudor de respetar la memoria de las victimas o implorar perdón a miles de dolientes sin voz que deambulan por nuestras calles y caminos ni trato de evitar el riesgo re-abrir viejas heridas supurantes sin cicatrizar.
Este artero ataque a nuestra historia contemporánea, ha trasgredido los limites éticos, morales e históricos establecidos por la Revolución, que siempre ha sido respetuoso, solidario y aliado de los vilipendiados, abusados y discriminados del mundo.
Este principio es el que ha fundamentado la presencia de soldados, médicos, maestros, entrenadores, artistas, deportistas y técnicos Cubanos en decenas de países en todo el mundo, especialmente los más pobres.
Porque ahora, a las puertas del centenario de uno de los crímenes mas horrendo de nuestro país, se intenta neutralizar, difamar o re-escribir nuestra turbulenta historia?
A pesar de que los libros de historia de Cuba solo le dedicaron dos párrafos o menos a este espeluznante episodio y aun hoy, Wikipedia, la enciclopedia libre de Cuba en el Internet actualizado el 28 de Octubre del 2011, ignora por completo este macabro acontecimiento, este crimen no ha podido ser silenciado ni borrado de nuestra conciencia nacional.
Por suerte para mi y otros muchos en mi etapa juvenil, todavía quedaban en Guantánamo, Santiago de Cuba y otros lugares, miles de veteranos de nuestra guerra de independencia, testigos excepcionales de aquella matanza, siempre dispuestos a compartir sus amargas experiencias con los más jóvenes.
Natalia Ruiz, Popo, Miguel Benavides, Manuel Fournier, Isabel Cayol, Marcelino Vera, Bellita, Papito Baro y otros, nos describieron en los portales de las bodegas de nuestra cuadra, en los parques Pedro A. Pérez, 24 de Febrero y en el centro de veteranos de Guantánamo, historias espeluznantes acerca de las brutales matanzas a mansalva, ahorcamientos y golpizas propinadas por hordas de soldados y voluntarios enardecidos, armados hasta los dientes y provistos de inmunidad o licencia para actuar por los gobiernos locales.
Determinados a aterrar permanentemente a negros y mulatos, los verdugos pasearon los cuerpos de las victimas en lomos de caballos por pueblos y el campo, mostrando jabas de orejas cortadas de los muertos.
Como imaginarnos entonces, que el señor Rolando Rodríguez no hubiera oído o leído estas poderosas evidencias recogidas en el Diario de Cuba de Santiago de Cuba, la Voz del Pueblo de Guantánamo y otros periódicos de la época?
Porque el señor Rodríguez prefirió incluir en el libro su análisis y criterio personal, en lugar de someter a la consideración de sus lectores, miles de paginas de documentos y periódicos que yacen empolvoreados y expuestos a las polillas en diferentes archivos en Cuba?
Como acusar de anexionistas e instrumentos del gobierno de los Estados Unidos, a quienes lucharon durante años por la independencia de la patria, en contra de la segregación, racismo y desigualdades sociales dentro de los parámetros establecidos, por lo que fueron perseguidos, encarcelados y amenazados de muerte, obligándolos a buscar ayuda y protección física en la embajada de los Estados Unidos, la misma embajada que proporcionaba armas y la intervención militar al gobierno del general José Miguel Gómez, a quien el autor jamás califico de anexionista?
Arriesgando la peligrosa repetición de la terrible experiencia del 1ro de Diciembre del año 2009, cuando el Dr. Carlos Moore presento una carta abierta titulada “Actuando sobre nuestras Conciencias”, recavando la firma de prominentes intelectuales negros del mundo con el propósito de condenar al gobierno de Cuba, al cual el acusaba de apartheid y racismo institucionalizado.
Cincuenta y nueve personalidades incluyendo al ilustre Abadías de Nascimento de Brasil fueron persuadidos a firmarlo, dividiendo el movimiento negro internacional, obligando a esta comunidad intelectual a tomar partido con un bando u otro, debilitando su base de sustentación.
Porque servirle en bandeja de plata este manjar, a quienes han postulado desde la década de los 90’s, su compromiso de promover la guerra racial en Cuba?
Durante la conferencia “Afro-Cubanos en la sociedad Cubana, pasado, Presente y Futuro” celebrado en la Universidad John Hopkins de Washington, D. C. en Setiembre de 1999, en la que participaron prominentes intelectuales Cubanos, el Dr. Carlos Moore abogo vehementemente por la secesión en Cuba, ubicando a los negros en Oriente, a los blancos en Occidente y dejando a los mulatos sin definir su ubicación o repatriación.
Debido al peligro que estos dos elementos representan para el país, el gobierno de Cuba debe enfrentar enérgicamente y sin dobleces, esta horrible lacra de nuestra sociedad y los factores colaterales en que pudiera apoyarse, consciente de que su única responsabilidad ha sido, el no haber enfrentado antes y con mayor firmeza esta vergonzosa tragedia nacional.
Erradicar este caldo de cultivo en el cual algunos cifran sus esperanzas de que germine el virus de la discordia y la lucha fraticida que destruya nuestro país, como nos advirtieron nuestros próceres, es una tarea inmediata, ineludible e inexcusable.
Nunca deja de sorprenderme esa mentalidad vertical de nuestros pueblos hispanoamericanos. Aunque Alberto Jones no lo dice exactamete, está latente en sus notas una demanda más o enos perentoria para que el gobierno cubano y esa entidad ambigua a la que se llama la Revolución sean los que despojen la narrativa histórica de ese racismo que es, en muchas formas, casi inherente a la sociedad cubana.
En un reciente viaje a Cuba, una economista afrocubana me dijo: «Nuestro error fue creer que el racismo iba ser eliminado por decreto». Sospecho que, aunque impensadamente, lo que Alberto Jones está pidiendo son más decretos para eliminar el racismo.
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