Ecuanimidad, cordura y visión ante el peligro de la división racial en Cuba


Por Alberto N. Jones

El que suscribe, es un Cubano negro que reside en los Estados Unidos desde el año 1980, sin formación en el arte de las letras y por tanto, parcialmente incapaz de aportar claridad a las graves discusiones raciales que están teniendo lugar en Cuba y en exterior, a partir de la publicación del artículo de Roberto Zurbano, el 24 de Marzo pasado en el New York Times.

Durante la conferencia celebrada en Miami en Octubre de 1998, “Miami-USA/Cuba, Una nueva visión”, afloraron los primeros esbozos del interés que la administración del gobierno de los Estados Unidos, venía prestando a los cambios demográficos que se estaban produciendo en Cuba a favor de los negros, debido al alto índice migratorio de blancos y mestizos.

Posteriormente supimos del reclutamiento de candidatos potenciales en los Estados Unidos y otros lugares, sus programas de formación en la lucha por los Derechos Civiles, su financiamiento, dirección y la proliferación de filiales en Cuba, a partir de estos graduados de la Universidad de Mississippi, el Centro Martin Luther King de Atlanta y otros.

Este embrión dio lugar a la formación de los llamados Grupos Independientes Médicos, Agricultores, Derechos Humanos, Periodistas, Bibliotecas etc., compuestos predominantemente por negros y mestizos en Cuba, con el doble propósito de privar al gobierno del apoyo de un importante sector de la población y más importante aún, sería que cualquier acto de repudio o represión en su contra, recayera en este sector, profundizando la escisión dentro de la sociedad Cubana.

Conocí e identifique públicamente a algunos de los instigadores, intermediarios, los recursos y mecanismos que se habían creado, a fin de minar e incitar la división racial en nuestro país, con miras a re-editar la masacre de 1912 en Cuba, lo que se vería multiplicado hoy miles de veces, como puede apreciarse en Afganistán, Iraq, Libia y Siria.

Durante la segunda conferencia sobre la temática racial en Cuba organizado por el Centro de Política Internacional en Washington, el Dr. Carlos Moore expreso que la convivencia entre blancos y negros en Cuba era imposible, dada la larga historia de tensión racial, abusos e injusticias, por lo que el proponía la secesión del país con los negros residiendo en Oriente y los blancos en Occidente y dejando fuera de su propuesta, la ubicación de los mestizos.

En repetidos medios, encuentros y reuniones en los Estados Unidos y en Cuba, he expresado mi alarma ante estos planes siniestros, donde regularmente fui ignorado o acusado de alarmista. Sometí atrevidamente propuestas, planes y proyectos, para los graves problemas que afligen a negros, mestizos y otros marginados en Cuba, que constituyen el caldo de cultivo donde germinan y proliferan los canticos de sirenas de los enemigos.

Critiqué la poca seriedad con que algunos funcionarios cubanos tomaron estas preocupaciones o como las rechazaron con una tranquilidad catatónica, sin tener una alternativa propia a su disposición.

Debo aclarar, que he visto a Zurbano en dos o tres ocasiones, no lo conozco personalmente, nunca he tenido el placer de conversar con él, conozco algunos de sus obras por la similitud y coincidencia que estos guardan con mis preocupaciones personales, lo que me permite entender perfectamente y estar de acuerdo con el contenido de su artículo, a reserva de alguna expresión o terminología que no comparto, que pudieran ser el producto de su criterio personal o la obra de la decisión de la editorial.

Dada la magnitud, gravedad y urgencia con que debe tratarse y darle solución al espinoso problema del racismo, segregación, marginación, pobreza, vivienda, agua, alcantarillado, vías de comunicación, transporte, salud, alimentación y otros problemas que el gravitan pesadamente sobre el estado psíquico de la nación, constituye un verdadero ejercicio en futilidad, falta de seriedad y responsabilidad colectiva, pretender ocupar la atención de todo un país con este tema secundario, introducir un nuevo elemento de tensión y ansiedad en un pueblo que ha tenido que vivir décadas de presiones y sobrecarga psicológica, a debatir términos, inferencias o subjetivismos de un artículo similar a los miles que se han publicado sobre el tema.

Es que acaso alguien en su sano juicio en Cuba, pueda negar la existencia del racismo, marginación, segregación, desigualdad y otros males sociales que están devorando la fibra moral del país?

El hecho que algunos hayan aceptado a cuerpo cabal, lo dicho por el New York Times, el Miami Herald o cualquier otro medio masivo de comunicación internacional, sin ponerlo en contexto con las barbaridades que han escrito de Cuba y otros países en sus días, habla de un análisis superficial, precipitado e irresponsable.

Estos periódicos apoyaron las mentiras y son los causantes indirectos de la guerra de Afganistán, Iraq, Libia, Siria y de otros paises. Estos mismos diarios han reportado repetidas veces la muerte del Comandante Fidel Castro, los desembarcos en la bahía de Bayamo o las difamaciones en contra del Che.

Porque atribuirles una veracidad que nunca han tenido sus reportajes y permitirles, siembren la discordia y división en Cuba, como lo hicieron antes en el medio oriente?

Hoy, cuando las mentes más preclaras del país, los técnicos más especializados y los políticos del más alto nivel deberían estar inmersos en la búsqueda de soluciones para estos hechos irrebatibles, palpables, que claman a gritos por la atención oficial y constituyen una mancha indeleble para nuestro país, algunos prefieren diluirse en etimologías, semántica o puntuaciones incluidas en el documento de Zurbano.

No atacar la génesis del problema más grave que afecta y podrá destruir nuestra nación; pensar que a través de la demonización, remoción del empleo o encarcelamiento de quienes denuncian esta crisis social, o postergar la solución de los problemas de cientos de miles de hombres, mujeres y niños que sub-viven en condiciones infra-humanas, afligidos por la pobreza, drogadicción, descomposición moral, perdida de fe en un mañana mejor en barrios marginales convertidos en academias del delito, es un crimen consciente, del que ninguno de nosotros podrá escapar alegando ignorancia.

Más que continuar las actuales disquisiciones filosóficas, lingüísticas o de otra índole, emplazamos a miles de cubanos que han expresado su horror por la reaparición del racismo en Cuba. A los que sienten vergüenza ante la persistencia de solares insalubres, desigualdades y la espiral delincuencial en determinados sectores de la sociedad, pedimos se les asignen proyectos sociales específicas con fondos provenientes de los que radicamos en el exterior y nos hemos erigido en juez y parte de este drama, para recaudar recursos y apoyar planes específicos de desarrollo para estas comunidades, de las que unos se quejan y otros no han podido resolver.

Ningún sarampionado que ha vivido del “miedo al coco” Americano durante décadas, debe permitírsele introducir el miedo a supuestos recursos económicos provenientes de instituciones anti-Cubanas como la US-AID, NED y otras bien conocidas en el mundo. La tecnología de computación al alcance de las masas, permite inscribir a cada donante con todas sus generales, las fechas y cantidades donadas para cada proyecto de recuperación de la familia en cada comunidad, ciudad o provincia, conjuntamente con la contrapartida del gobierno, para garantizar la aplicación de los fines propuestos.

Si este concepto fuese aceptado por las partes, se instrumentaría su aplicación, se delimitarían las funciones y se implantaría un mecanismo transparente, donde todo el mundo pudiera verificar el uso, aplicación de los recursos y sus resultados. Encárguese a cada uno de nuestros intelectuales y profesionales, la supervisión de las actividades correctivas sociales de cada uno de las marginalidades del país y evaluemos su capacidad ejecutoria, por las transformaciones introducidas en cada uno de ellas.

Reduzcamos de inmediato la indigencia, el delito, ignorancia, desempleo de miles de hombres y mujeres en Cuba, en vez de andar a la caza de chivos expiatorios, luchas intestinas y divisiones familiares que nada aportan al desarrollo y la concordia nacional.
En nuestras manos esta continuar esta espiral antagonista que aísla y socava nuestro país, o actuamos con adultez, que promueva las diferencias dentro del consenso de unidad nacional.

14 de Abril del año 2013

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