Más adelante, me tropiezo en Global Voice con un post acerca de la problemática situación de pérdida de ciudadanía que sufren los dominicanos y dominicanas descendientes de Haití, quienes son victimas del racismo en la propia tierra que les vio nacer.
De esa manera descubrí que una de las personas que aparecía dentro de la campaña reconoci.do, es la misma que me había escrito a esta bitácora interesándose por el filme antes mencionado.
No lo dude un segundo y me puse en contacto con Deisy Toussaint, joven intelectual dominicana, para ponerme a sus órdenes, me interesa llamar la atención sobre del limbo identitario de los habitantes de otrora La Española, los que ahora no son ni dominicanos/as ni mucho menos haitianos/as.
De esa intención nació esta entrevista:
Reconocer que eres de ascendencia haitiana es ahora mismo, en tu país una situación que revela ciertas tensiones a nivel social. ¿Podrías describirlas prolijamente?
No conozco otra cultura ni otra nación que República Dominicana (RD), a pesar de que mi madre es de origen haitiano, en mi casa nunca se habló creole ni se practicó otra religión que no sea catolicismo, aún no conozco Haití y por la razón que sea nunca tuvimos ‘’cercanía’’ con la cultura haitiana. Aunque intuyo que mi madre quiso protegernos disimulando en lo posible la parte haitiana. Hace 3 ó 4 años es cuando empecé a buscar mis raíces, a conocer sobre la realidad del otro lado de la isla que también corría por mis venas.
Para ti cuál sería la particularidad de tu caso al ser descendiente de Toussaint Louverture?
El nivel de clasismo, xenofobia y racismo en la RD es muy elevado y se ha demostrado en los últimos años, sobre todo ahora con la decisión del Tribunal Constitucional.
El hecho de que yo tenga cierto parentesco con Toussaint Louverture, no creo que sea muy relevante en este país, donde se violan artículos de la Constitución y se aplican las leyes de manera retroactiva. Si conocen las leyes y las violan, no creo que les importe mi ascendencia. Me temo que esa parte de la historia no interese demasiado.
Desde el punto de vista identitario, dominicana hija de una madre haitiana y de un padre dominicano, ¿se podría hablar en tu caso de una transnacionalidad?
De todos mis hermanos soy la única que no lleva el apellido de mi padre, en este caso solo figuro como hija de extranjera. Tal vez, el hecho de que fuera mi madre quien me reconociera, abocó a esa transnacionalización que hablas. Soy dominicana por nacimiento y por cultura, pero mi apellido legal, según pintan las cosas, me niega la nacionalidad. Con el agravante que tampoco soy haitiana, ni por nacimiento ni por cultura. Entonces… Qué soy?
Sobre tu relación con Cuba, dos viajes frustrados… ¿a que ibas a la Isla?
A la Feria del Libro en La Habana y al Festival del Fuego en Santiago, a través del Ministerio de Cultura porque hace dos años gané un premio literario de cuentos y además estoy muy involucrada en actividades literarias.
¿Cuáles son tus vínculos imaginarios y reales con la mayor de las Antillas?
A través de la literatura he conocido muchos cubanos: Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Leonardo Padura… y también he coincidió con algunos actuales en la Feria del Libro de Santo Domingo. Me llama mucho la atención El Festival de Fuego, y por si fuera poco, me he enterado que han hecho un busto a Toussaint y recientemente una película. Tengo la sensación de que mis vínculos con Cuba se van estrechando.
En el cuento La carta hay fragmento que “no tiene desperdicio” como decimos en Cuba y es: “Una esteticista forense me maquillaba mecánicamente mientras hacía bromas fáciles acerca de mis rasgos negroides y del color de mi piel”. Te pregunto: ¿por qué la alusión a la pertenencia racial de esta persona y en especial a la burla?, podríamos entenderlo como una denuncia?
Es más bien una forma de denuncia. A los negros se nos vincula fácilmente a lo malo, lo sucio, lo feo… y me pareció oportuno.
¿Qué es la escritura para ti: un oficio, un don, el dominio de una técnica, alguna otra cosa?
Ya quisiera que fuese un oficio. Por ahora puede que un don que se va puliendo con la práctica y con el dominio de la técnica. También un desahogo, cuando escribo me convierto en un pequeño dios, y doy vida, maltrato, mato o salvo a los personajes.
¿Cómo aparecen en tu obra las mujeres? ¿Algún rasgo que las distinga?
Me gustan más los personajes masculinos, siento que los manejo mejor, puede que donde aparecen las mujeres aflore la intención de denuncia. Representan la injusticia, el dolor y la venganza.
Para terminar regresemos a La Española: ¿Qué le debe el mundo a Haití?
Habría que revisarse en cuanto a los valores de solidaridad, de caridad, incluso. Es cierto que es un estado fallido. De la misma manera que vemos a un indigente en la calle, no importa tanto el origen de su mal, pero, hay que dejarlo hundido? Y a sus hijos, los vamos a dejar que se enfermen o se mueran de hambre? Por otro lado, y en ese terreno hay mucha tela que cortar, porque en tiempos de dictadura, los norteamericanos ampararon a los dictadores para su conveniencia, con la única finalidad de impedir las guerrillas comunistas, dentro del contexto de la Guerra Fría. (Ya bastante tenían con una Cuba en el Caribe), y nada les importó si sumían a su pueblo en la ignorancia y en la pobreza más absolutas.
Por otro lado Francia, bien se aprovechó de su tierra cuando Saint Domingue era la colonia más rica del mundo colonial. Pero un territorio boscoso cuando se tala, tiene unos años de fertilidad, luego la tierra se gasta. Por otra parte la erosión va arrastrando el manto vegetal hasta que se convierte en terreno seco, que es como está Haití, en su mayoría hoy.
Y en cuanto a la RD, también se ha aprovechado durante décadas de una mano de obra, que por necesidad, venía a hacer los trabajos más duros y peor remunerados.
No sé muy bien qué le debe el mundo a Haití, lo que sí sé, es que la situación de penuria de su gente, no debería de dejarnos dormir con la conciencia tranquila.
Deja un comentario