Mi amigo Jorge de Armas, ha comentado un enlace que puse en mi perfil de FB, donde compartí y critiqué un post de la periodista cubana, residente en Miami, Yadira Escobar.
Escobar en el post de marras (que ha borrado luego de varios días publicado) realiza una defensa de lo que ella llama la «familia», en una especie de discurso de neo-homofóbico torpemente hilvanado, y donde califica de fundamentalistas (entre otros epítetos utilizados) a quienes desde la izquierda defendemos el matrimonio igualitario.
Regresando a Jorge de Armas, le pedí su anuencia para compartir en este espacio su comentario, en mi opinión, por las pistas que ofrece para mostrar la contradicción que se establece entre la Constitución cubana, que dice que el matrimonio es entre el hombre y la mujer, y la posible aceptación del matrimonio igualitario. Jorge dice entonces:
No estoy de acuerdo. El derecho a la unión civil entre personas tiene que ser considerado un derecho y no sujeto de voto o referendum. Sigue siendo una reminiscencia de los viejos valores buscar la democratización en asuntos esenciales.
En mi opinión es como pedir un referendum para ver si la gente está a favor de la libertad de expresión o en contra del nazismo.
La modificación del párrafo que cita Yadira Escobar no precisa más que de la aprobación de dos terceras partes de la Asamblea, y claro, de madurez y voluntad política.
Realmente a veces los gobernantes y legisladores tienen la oportunidad de preparar a los países para desarrollar plenamente la madurez social.
Si pensamos que modificar la Constitución no es prudente, para complacer a los sectores ortodoxas y conservadores, pues se puede eliminar el sexo de los documentos de identidad, leyes de igualdad, tanto propiciadoras como penales, eliminar todo requisito sexual para acceder a puestos de trabajo y profesiones.
Y si nos ponemos quisquillosos, con tanto marxismo y ateísmo científico, matrimonio es un sacramento, así que hasta queda feo en un Constitución «socialista», modificamos el Código Civil, incluimos dos figuras más, «unión civil» y «pareja de hecho» sería una forma de propiciar la unión libre de los seres humanos y el disfrute de los derechos que otorga el estado benefactor, la seguridad social y la familia.
Yo en realidad considero que no es sano ir hacia referéndums o consultas porque como bien ha dicho Jorge, los derechos no pueden ser llevados a referéndum. Pero si creo que sería sano ir por un estudio, que bien podría ser una encuesta, que mostrara la visión que tiene la sociedad sobre el tema, que mostrara la madurez o el estado actual de nuestra sociedad y si está preparado para eso.
Yo soy un defensor no de la unión civil, sino de mucho más, la igualdad suprema (matrimonio, derechos legales e incluso hasta en un cambio de la visión religiosa sobre el tema -aunque eso sea una utopía) y me impulsa muchas cosas. Pero a pesar de todo eso, no dejo de restarle espacio a que la gente se exprese, a que la misma sociedad, en un espacio de debate franco se cuestione o analice el tema. No es con golpes duros con que vamos a lograr eso, porque la idea no es que no exista la igualdad de derecho, sino que no se creen divisiones entre la sociedad que deriven en bandos de «ellos» y «nosotros».
Yo creo que Cuba está preparada. Qué será lo primero (Unión civil o algo más)? Pues nadie lo sabe. Pero si creo que tiene que haber una disposición más directa, menos científica y más de acción, menos de golpe duro y más de trabajo con las personas, con las instituciones y la sociedad en su conjunto, de menos lenguaje protocolar en la prensa a más análisis y debate abierto. No de referéndum o consultas, pero si de encuestas y estudios científicos que permitan lograr más presión.
En cuanto a la constitución, yo creo que hay tantas cosas que cambiar de la misma que ya todos estamos claros de que hay que hacerlo. El tema de «padres y madres» hasta de «la familia» y «sexos» todo eso hay que discutirlo y es necesario, al menos para mi, un pronunciamiento más directo y comprometido de quienes tienen la «iniciativa legislativa» de si existe el interés de poner el tema sobre la mesa o al menos para que el pueblo, ese que dicen que es el que decide, pues se pregunte que hacer con el tema.
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Gracias por tu comentario Yohan. Coincido contigo. Solo quiero hacer notar que » estar preparados» no deberia ser un indicador porque nunca se esta preparado para cambios profundos y ademas ese ha sido un pretexto muy usado. En cualquier caso, la pregunta seria: esta preparada la sociedad cubana para vivir en democracia, donde todxs tengas los mismos derechos de verdad? Besos
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El artículo de esta bloguera, que no periodista, es desafortunado sobretodo porque intenta colocarse a la izquierda del pensamiento político y cívico. Queriendo atribuir a una conspiración mundial la orientación sexual o la libertad sexual de los individuos. Carece de argumentos serios documentados y fundamentados asi entonces cae en la retorica peoteccionista cercana a los regímenes conservadores de la moral.
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Si, escucho y no supo donde. Al final tuvo que decir que no le importa el tema. Es como para responder: si no sabes no te metassssssssss. Pero suena maleducado, verdad? Abrazos
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Cuelgo aquí un comentario que dejé en otro espacio hablando del mismo tema.
Aquí en Italia pasó algo parecido cuando se introdujeron las leyes para el divorcio y el aborto. Como la mayoría de los parlamentarios era de matiz católico-conservador (Democracia Cristiana), pues permitieron la introducción de estas leyes solo con la garantía de poder sucesivamente llamar a votar a toda la población sobre estos temas en un referendo abrogativo, seguros de que el pueblo hubiera votado “con conciencia”. Afortunadamente los llamados clericales a la sacralidad del matrimonio y de la vida no lograron sus intentos. Y el referendo fue un fracaso para ellos. Sin embargo, parece la misma situación que ahora planetan algunos: poner en las manos de una mayoría conservadora unas decisiones personales que deben quedarse en el espacio íntimo del individuo.
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Por supuesto, pero me impresiona, en especial, que luego esta periodista diga que ni siquiera le importa el tema. O sea es gente que parece que no tiene na que hacer pero en el caso de que los otros tengan algo que hacer ellos se oponen. Y lo mas peligroso es que se declara de izquierda y esta ligada a un medio muy progresista que se llama Progreso Semanal. Abrazos y gracias por comentar
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100% de acuerdo con Jorge de Armas. Los Derechos no necesitan de referédums para ser aprobados. Si su comentario fuera llevado a vías de hechos, la sociedad cubana daría un gran salto (aunque no está del todo preparada, pero no importa)
Visito el blog de Yadira Escobar con cierta regularidad y creo que el artículo aún está publicado. A no ser que haya publicado otro. Ella no es ni será la única conservadora en asuntos de diversidad sexual. Mientras la religión judeo-cristiana siga condenando la homosexualidad como algo pecaminoso, la batalla será muy larga.
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En ninguno de los países donde se ha aprobado el Matrimonio Igualitario, ha sido producto de la educación de los gobernantes a sus pueblos, ha sido producto de la presión de las organizaciones del arco GLBTIQ sobre la sociedad y los partidos políticos. Nunca ha sido de arriba hacia abajo, siempre de abajo hacia arriba.
Hay un sinnúmero de ideas que se expresan como justificaciones para no aprobar leyes igualitarias (que matrimonio viene de mater, que el matrimonio es una institución burguesa, que con una unión civil es suficiente, etc.) que enmarcaran una clara homofobia.
En este sentido, el proceso de obtención de este derecho en Argentina es un buen ejemplo, y dentro de ello el lema central: “El mismo amor, lo mismo derechos.” Una institución civil diferente, crea automáticamente ciudadanos de segunda, a lo menos ciudadanos diferentes ante la ley. No hay que dejarse engañar. La lucha es por los derechos. Luego cada cual vive la experiencia como quiera, o incluso disfruta del derecho de no vivirla. A los que dicen que casarnos es cambiar nuestros principios al aceptar una institución burguesa, es muy fácil responderles: en realidad somos nosotros los que estamos cambiando a esa institución.
Recomiendo el libro “Matrimonio igualitario” de Bruno Bimbi. Es una crónica detallada (y muy entretenida a la vez) de lo que fue la construcción política en Argentina para obtener tamaño logro.
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Buenisimo comentario, gracias por pasar por este blog.
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