Cuando Washington “sujeta la pluma”


Conocí a Sarah Stephens a raíz de la publicación de En primera persona, libro que presenta entrevistas realizadas a 49 mujeres cubanas. Desde entonces hemos conversado sobre todo, de la situación de la mujer y de las particularidades de la discriminacion racial en la isla.

El Centro para la Democracia en las Américas (CDA) es la organización no gubernamental con sede en Washington, DC, que Stephens dirige y que pretende acercar a  los políticos de los  Estados Unidos a la realidad de cubana, con la realización de visitas de congresistas estadounidenses.

No obstante, tengo la sensación de que los esfuerzos que realiza el CDA en este sentido, no son cabalmente conocidos en Cuba.

¿Podría mencionar algunas de las propuestas que el CDA ha realizado ante el Congreso de Estados Unidos para promover acercamientos con Cuba?

Gran parte de nuestras labores se concentran en la política de los Estados Unidos hacia Cuba, ya que consideramos que la política actual es perjudicial para los cubanos y para los propios intereses estadounidenses en América Latina. La falla principal es el irrespeto a la soberanía cubana y al derecho de los cubanos de escribir los próximos capítulos de la historia de su nación, sin que Washington esté “sujetando la pluma” con la que la plasman. Esto ha sido así por décadas, desde la Guerra Fría —y durante generaciones que datan desde mucho antes— y consideramos que la situación debe cambiar.

Al visitar Cuba, a menudo acompañados por miembros del Congreso de los Estados Unidos, trabajamos por derribar las barreras existentes entre los dos países, a través de la identificación de problemas en común y mediante soluciones que reflejen los intereses de ambas naciones. En años recientes hemos trabajado para eliminar las restricciones de viaje que se imponen a los ciudadanos estadounidenses que desean visitar la isla, ampliar la colaboración con Cuba en áreas tales como la protección ambiental y las investigaciones médicas, asegurar que una mayor cantidad de cubanos obtengan visas para asistir a conferencias académicas y de otros tipos en los Estados Unidos, e identificar de forma conjunta recursos que las mujeres cubanas desean y necesitan para desarrollar sus carreras dentro del sector no estatal. El propósito de todo esto es que podamos superar la Guerra Fría, normalizar las relaciones y reconocer a Cuba, no sólo diplomáticamente sino también como nuestra contraparte en materia de cooperación con miras al futuro.

¿Cuáles han sido las voces de Cuba que el Centro ha llevado a los Estados Unidos con la intención de que interaccionen con legisladores y altos funcionarios del Poder Ejecutivo? ¿Quiénes son algunas de esas personalidades estadounidense contactadas?

SarahStephens1Iniciaremos con algunos antecedentes. Desde el 2006, el CDA ha realizado un total de 41 viajes a Cuba y ha acompañado a 46 miembros del Senado y de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. A su regreso a Washington, muchos de estos miembros del Congreso se han pronunciado a favor de los cambios a nuestra política, tanto con el Departamento de Estado como con la Casa Blanca.

También traemos a ciudadanos cubanos a los Estados Unidos para que puedan visitar Washington y hablar directamente con personas de nuestra rama ejecutiva que, aunque nunca han visitado la isla, están formulando políticas que repercuten en los cubanos diariamente.

Principalmente, hemos arreglado visitas a la Casa Blanca y el Departamento de Estado por parte de cubanos que son apreciados miembros del sector académico en áreas tales como economía y relaciones internacionales —muchos de los cuales tienen relación con la Universidad de La Habana—al igual que por parte de hombres y mujeres de Cuba que han iniciado sus empresas o negocios en el sector no estatal. El CDA puede “abrir puertas” en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, al igual que con funcionarios de la Casa Blanca que asesoran al Presidente en temas sobre Cuba y América Latina en general.

Después de años de confrontación, esta importante actividad puede ayudar a superar las barreras del misterio y educar a nuestros encargados para formular políticas sobre la Cuba de hoy. Por ejemplo, después de que le presentamos al Subsecretario Adjunto de Estado a cinco cubanos —una amiga que trabaja en recursos humanos en un centro médico administrado por el Estado y cuatro personas que gestionan pequeñas empresas—  que visitaban los Estados Unidos para asistir a una conferencia que auspiciamos el otoño pasado él nos manifestó que los visitantes habían ‘dado un giro a las conversaciones’ en Washington.  Desde luego, esperamos que a partir de esto, surjan cambios en la política de los Estados Unidos hacia Cuba. 

A raíz de la revelación del ZunZuneo, el CDA encabezó una petición en la plataforma Change.org, que firmaron más de 700 personas. ¿Se dio respuesta a la petición? ¿Cuáles han sido los aprendizajes y lecciones luego de haber movilizado a un grupo importante de personas? ¿Qué es lo que nos queda hoy en día de esa petición?

Creemos en un tipo de Internet que sea abierto y con acceso para todos. Sin embargo, la operación encubierta denominada ZunZuneo representa un ejemplo clásico de como las políticas de los Estados Unidos generan un efecto contrario cuando no respetamos la soberanía cubana. La raíz del problema es la ley Helms-Burton, la cual utiliza a la agencia gubernamental USAID —cuya misión es poner fin a la extrema pobreza y promover el desarrollo de las sociedades democráticas— como actor encubierto de los esfuerzos de los Estados Unidos para derrocar al gobierno cubano.

Este programa ocultó al pueblo cubano el hecho de que ZunZuneo se concibió en Washington con el respaldo de la Ley Helms-Burton y esto tampoco se le reveló al pueblo estadounidense, el cual tiene el derecho de saber lo que se está haciendo en su nombre (y con fondos que se recaudan de sus impuestos) en lugares como Cuba. Se inscribió a personas en el  programa sin pedirles permiso, se promovió propaganda y se obtuvo información personal de los cubanos que entraron en contacto con este servicio. También, el programa estuvo tan mal gestionado que se quedó sin fondos y afortunadamente se decidió darlo por terminado. La desaparición del programa causó confusión entre los cubanos que lo utilizaban.

Nuestra organización no solamente auspició la petición, sino que también publicóartículos de opinión en contra del ZunZuneo. Mucha gente que brindó su apoyo a la petición se comunicó con nuestra organización.  Sobre el asunto de USAID, también hemos trabajado en un documental con un periodista independiente, en el cual se explica por qué debe ponerse fin a las operaciones encubiertas que se realizan  para cambiar el sistema del gobierno cubano. Consideramos que un mejor enfoque de la política estadounidense sería hacer partícipe a Cuba, tal como lo hace la Unión Europea. Si deseamos abordar asuntos tales como Internet, hagámoslo de forma honesta y abierta.

En el 2013 el CDA sacó a la luz el libro Trabajo de mujeres: La igualdad de género en Cuba y el papel de las mujeres en la construcción de su futuro, el resultado de dos años de trabajo sobre la igualdad de género en Cuba. Le pregunto: ¿Ha habido algún acercamiento, libro en mano, con la Federación de Mujeres Cubanas?

Sí se ha hecho. La Federación de Mujeres Cubanas forma parte importante del libro. Nos reunimos con frecuencia con sus miembros y hablamos sobre los temas y problemas que se plantean en “Trabajo de mujeres”. Por ejemplo, en junio-julio del 2014, acompañamos a una delegación que viajó a Cuba que incluyó a cinco mujeres miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, las cuales se reunieron con dirigentes de la Federación, al igual que en CENESEX. También acompañamos a la delegación para que se reuniera con cubanas en las salas de sus propios hogares, en sitios como Regla y La Habana Vieja, una oportunidad que aprovecharon para plantear asuntos que repercuten en ellas: mujeres afrocubanas, mujeres que pertenecen a la comunidad LGBT, mujeres que trabajan por cuenta propia y aquellas que trabajan para el Estado. También nos referimos a la forma en que los Estados Unidos podría prestar apoyo y los retos que la política de este país impone en las iniciativas de colaboración entre las mujeres estadounidenses y cubanas.

El CDA está trabajando actualmente en una compilación acerca de los cambios económicos y su impacto en la mujer y la familia cubana. Más allá de la novedad que supone siempre un libro, ¿cuál cree que sea la utilidad de ese nuevo volumen? ¿En qué etapa se encuentra el proyecto?

Uno de los obstáculos que enfrentamos en Washington es la falta de conocimiento sobre lo que está sucediendo en Cuba y algunas personas se cuestionan si las reformas que llevó a cabo el Presidente Castro son reales. A medida que Cuba moderniza su sistema económico, consideramos que es importante que los Estados Unidos se dé cuenta de esto, especialmente debido a que muchos de los cambios en las políticas —tales como la apertura de oportunidades laborales en el sector privado, la eliminación de restricciones de viaje y la habilidad de los cubanos de comprar y vender viviendas— también son congruentes con los objetivos que se traza la política estadounidense.

Para poder atraer atención a lo que está sucediendo en Cuba, nos hemos centrado en los cambios económicos experimentados desde el año 2010 —mediante nuestro boletín informativo semanal sobre Cuba—, al igual que con la publicación de nuestras investigaciones. Documentamos los cambios que están sucediendo y juntos representan un caso infalible sobre por qué debemos transformar la política de los Estados Unidos para ir acorde con la realidad.

Consideramos que es esencial prestar atención a la situación de las mujeres durante estos tiempos de cambio. Cuba ha dedicado muchos esfuerzos para fomentar la igualdad de género en la isla y para ofrecer servicios a las mujeres. No obstante, las mujeres todavía no ocupan la misma posición que los hombres en la sociedad cubana, tal como sucede en los Estados Unidos. Con las disparidades que existen, se corre el riesgo de que se profundicen estas brechas como resultado de las transformaciones que se están llevando a cabo y las vulnerabilidades que pueden originarse en estos tiempos de cambio.

Estamos trabajando conjuntamente con varias colegas en Cuba, mujeres eruditas que han realizado investigaciones sobre los efectos de las reformas económicas en diversos sectores de la sociedad. Estamos colaborando con ellas para elaborar una bibliografía de las investigaciones que se han realizado en Cuba con relación al impacto de las reformas en las mujeres y sus familias. Ellas también están efectuando una revisión bibliográfica en la que se analizan los estudios comprendidos en esta recopilación. Sus resultados son fascinantes y ofrecen información que vale la pena que la gente le preste atención. Por ejemplo, generalmente las viviendas, los automóviles y otros tipos de bienes de capital están a nombre del hombre de la familia, con lo cual se da a las mujeres un menor grado de acceso al capital tan necesario si desean invertir en un negocio. Así que ¿de qué forma puede abordar Cuba este problema? ¿Y cómo el gobierno de los Estados Unidos o las mujeres de este país pueden prestar ayuda a las mujeres cubanas en esta situación?

Para finales de año, se publicarán los varios componentes de este proyecto, tanto en inglés como en español.

Versión en inglés para descargar

Publicado en Progreso Semanal/ Weekly

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