Por Roberto Zurbano

No soy un hombre que ve mucha televisión, pero una sorprendente enfermedad me ha detenido tres semanas ante películas, noticieros y series interminables. El brazo izquierdo sufre uno de los mas intensos dolores de mi vida. Ni siquiera puedo leer, ni enviar correos ni caminar la ciudad día y noche como tanto me gusta. Finalmente, he venido a parar a un hospital ortopédico docente y aquí me tratan, investigan y hacen lo posible porque mi gran dolor desaparezca. Creo que lo van a lograr y que volveré a escribir sobre el dolor de otros. He visto en estos días el inmenso dolor de Palestina y el interminable dolor de una familia negra en Ferguson, Estados Unidos y reconozco lo difícil que es luchar contra el dolor: personal, colectivo, social, mundial… No es que me haya vuelto más sensible durante estos días, pero sí creo que soy más consciente de los estragos que causa el dolor y por qué siempre debemos insistir en sus causas, en sus razones y hasta en sus sin razones.

El dolor va más allá de uno mismo y creo que hasta más allá de la muerte, pues es como la energía que nunca se destruye, sino se transforma y aparece en nuevos rostros. El dolor es una grave manifestación de lo que no es natural, llámese enfermedad, mentira, guerra u otras formas sofisticadas de la violencia. Mi dolor personal durante tres semanas ha sido persistente, perturbador y peligroso. Un primer diagnóstico de tendinitis, y otro, y otro, hasta llegar a un diagnóstico más exacto ha sido el itinerario de mi dolor izquierdo durante estos días. Estar ingresado aquí es como llegar a un remanso. Tambien he conocido más gente buena: médicos excelentes, afanosos laboratoristas y bellas enfermeras -casi todas negras- sosteniendo el Producto Doloroso Nacional día y noche en cada sala de este hospital. No hay salario ni regalos suficientes con que pagar y reconocer a esta gente laboriosa y amable.

La Revolución ha sido un proyecto social que ha tenido en la medicina uno de sus pilares. Todas las crisis que atraviesan al país pasan también por nuestra salud pública y la mayoría de sus trabajadores siguen sosteniendo este edificio con una profesionalidad a toda prueba, luchando contra lo que Heredia llamó “los dolores del físico mundo”. “Los horrores del mundo moral” es la otra parte del verso y esos horrores sociales también producen dolor. Unos y otros enferman la nación. Sigo pensando en el dolor de mi brazo izquierdo y con el otro escribo estas líneas. Mientras me curan el brazo adolorido, intento con el derecho curar otros dolores de mi sociedad. Particularmente el humillante dolor que causa el racismo: una enfermedad sin estadísticas….

He alucinado, quizás demasiado por estos días, todo por culpa del dolor, del mío propio y del ajeno, ese que mas allá de mi brazo izquierdo sigue enfermando a mi sociedad. Pero mis alucinaciones pudieran ser más que eso. Por el momento son interrogantes que quisiera compartir: ¿No hará falta construir un hospital para los que sufren el dolor del racismo? ¿Se pudiera inventar una píldora contra el racismo, o dos, una para el victimario y otra para la víctima? ¿No debíamos tener un antídoto contra el racismo para enviarlo a la televisión, a las escuelas, las agencias empleadoras, a la policía, a los políticos, a los maestros, a los economistas…?

La verdad es que habría que pensar desde el dolor ajeno, ponerse del lado de quienes sobreviven en el sótano y los márgenes de la sociedad, de aquellos que son mirados por encima del hombro por el color de su piel. Seríamos como los médicos -blancos y negros- que he conocido esta semana: intransigentes contra el dolor ajeno, buscando detrás de cada razón o sinrazón del cuerpo en una consagrada tarea humanitaria que ninguna critica me impedirá agradecer. Contra el dolor, toda la resistencia posible, pero también toda la justicia, sensibilidad e intransigencia. Así debe ser contra todas las formas de discriminación, donde quiera que se asome. No olvidar que la lucha contra el racismo es también contra un dolor muy antiguo. Todos debemos saber que en esta lucha haremos del cuerpo de la nación y del mundo un lugar mas sano para todos. Espero ese momento para aplaudir con las dos manos. El dolor persiste. Yo persisto.

Roberto Zurbano
Hospital Fructuoso Rodríguez
En el Vedado, Agosto 28 y 2014

16 respuestas a “Contra el dolor”

  1. Cuidate mucho, bróder Zur!

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  2. Avatar de Manuel David Orrio
    Manuel David Orrio

    ¡Qué buena crónica!

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  3. menos mal que no eres zurdo, amigo querido, Dios aprieta pero no ahoga, lo que a veces te deja unos hematoas del carajo, como para que no te olvides;,me gusta la frase, polisemica como muchas de las tuyas: el dolor izquierdo», como para mantener el humor social despues de todo, pasare a verte en cuanto pueda hazme saber la sala, el jefe de fisoterapia Dr Carrillo es familia de una gran amiga y tengo buenas relaciones con el, si precisas su ayuda me dices, excelente persona, y como tu dices no hay regalo que pague sus desvelos y profesionalismo.
    besos, y un poco de yoga, trata de hablar del dolor en tercera persona no lo somatices mas;te quiero.

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    1. Hola Judith,
      Zurbano no tiene acceso a este blog. Asi que te pido que si estas en la Habana te comuniques con el por otra via. Igual, intentare hacerle llegar tu mensaje. Abrazos y gracias por comentar.

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    2. Judith, el Zurb esta aca está en la sala C cama 11 del Fructuoso. Abrazos

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  4. Ponte bien rapido hermano. Tu presencia en la calle, tu pensamiento y articulacion de la problematica racial en nuestro pais, fluye aun estando en baja. Esperamos por tu proximo mensaje estando en casa, detras de la compu, preparandonos para cumplir con el sagrado deber de convertir a Cuba, en El Primer Territorio Libre de Racismo en las Americas. Abrazos.

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    1. Abrazos Alberto, espero que este bien. Intentare pasarle su comentario al Zurb. Abrazos

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  5. Bueno no se quien es Zurb ,pero comento e intento ayudar.
    Savannah ga era el pueto principal del comercio de esclavos para las colonias del Sur . Su Museos son impresionates .Cada ves que visto a «….» ,llego a la casa- museo de Martin Luther King Jr , me queda cerca . He estado en la tumba de William Wilberforce .
    Pero el racismo va mucho mas alla del color de la piel . En la exyugoslavia poco antes de la guerra un simple cafe tenia varios precios ,10 ,20 50 .., dinar . depende de en que idioma/acento lo pedias (bosnio,croata ,albanes,serbio,..), y en que lugar lo pedias. Otros confunden racismo con triablismo. En fin tema dificil.
    Zurb , al parecer dominate izquierdo y prolifero escritor , lo que unido a movimientos de supinacion-pronacion viene a desembocar en una muy ,muy probable Epicondilitis / tendinitis del extensor Radial.
    Ojala no sea ese el diagnostico, pues a pesar de ser relativamente facil su tratamiento ,las probabilidades de recidivas son altas. En otras palabras ,patologia que te acompanara cada cierto tiempo si no evitas la sobre carga de trabajo del extensor radial y su repercucion en el epicondilo.
    Alguna idea? puedes usar esto todo el tiempo que puedas :

    Pero no se hace Ciencia «en el aire» , ya que esta internado , pregunte por una resonancia de su brazo y de su columna cervical . Pregunte ,ademas, la posibilidad de un electromiografia.
    Si ya tiene todo esto . Obvie mis palabras.
    Saludos.

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    1. Wow, gracias Anciano por sus sugerencias, se la envio a el. Me han dicho que lo que tienes es una inflamacion en el codo. Pero igual le paso esto porque quien sabe si quien ha acertado es Ud. aun sin examinar al paciente! Mas se sabe por viejo que por diablo!

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      1. Es un Honor poder ayudar.
        Le comentao algo a ud :
        Es sobre el Nick. I’m 42 year old. hehehe.

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        1. Jajaja. Que bien, entonces somos contemporaneos. Abrazos

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  6. Oye cuídate. A portarse bien . Estas en buenas manos.Pienso que el dolor de estar tranquilo, sin moverte de aquí para allá como estas acostumbrado., ese debe afectarte también. Paciencia amigo…todo pasa

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  7. Mucha salud para Roberto Zurbano y saludos para negra cubana.

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    1. Saludos Istvan. Feliz de verte por aca. Abrazos

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