Muchas de las ideas que recorren el mundo, intentando describir qué es feminismo, están basadas en la ignorancia y el «dejarse llevar por cantos de sirenas». Pero la ignorancia se reproduce, juega su papel al punto que convertir a las víctimas en verdugos. Sin embargo, si malo es lo anterior peor es remitirlas a la condición crónica de personas sufridas e infelices, porque eso no es cierto.
Muchas mujeres feministas, no importa cual sea la condición de su activismo, somos divinas, felices, y estamos agradecidas con esta vida que alguien nos ha dado. Pero esa felicidad molesta y duele a quienes nos conciben agrias y frustadas. Aun más, perturba que tengamos nuestras ideas, estudios, opiniones, comentarios, títulos universitarios, maestría, doctorados, etc., y que no necesitemos ni de un Dios ni un macho que nos indique qué es la espiritualidad o cómo alcanzar nuestros orgasmos, esos que solo nosotras sabemos de qué van. (Yo especialmente no soporto cuando un hombre me trata como una descerebrada, una niña, intenta hablar de experiencias privativas de quienes tenemos clítoris o me dan consejos que no les he pedido).
Yo Negracubana me reconozco una gozadora universal, divinamente acompañada en esta vida por otros seres. Mis amadxs, mis amigxs, mi hija, mi nieto, mis…, mi…, mis…..
Así que soy parte de la banda de Chimamanda Adichie.
Si pudiste llegar al final de este corto post sin decir «pero», entonces eres «uno de los míos» y estoy a tu disposición para acompañarte en el proceso de aprender que el feminismo es mucho más que «no necesito que me cargues la caja de cerveza que acabo de comprar (con mi plata)» . Si no, «dale pa la escuelita» y cuando hayas leído lo que yo, hablamos.
Importante recomendación, empezar por acá (tienes permiso para mirarle el culo, pero cuídate de no desconcentrarte):
Deja un comentario