Soliloquio: Desnudándome


libreMe niego a hablar
con el colonizador
el quiere enseñarme
el espejo
para hacerme reír
para juntar mis brazos libres
a una cadena
saltaré como me enseñó mi padre
mataré como me enseñó mi madre
guerrero pantera seré
sin el olvido de la razón

Eloy Machado (El Ambia)


Una de las ventajas que ha tenido estar fuera de la Isla, es la posibilidad de ponerme en contacto con prácticas y pensamientos muy cercanos a los míos y que allá aun no son posible.

Soy una mujer feminista, antimilitarista, antirracista que me interesa subvertir y dinamitar todo lo que dice el patriarcado que somos o debemos ser y en ese sentido creo que Cuba está, como casi siempre, a los 50 años luz atrás.

Dentro del propio feminismo cubano, lo más usual es hallar un discurso de género, soportado por agencias, proyectos e instituciones, el cual en mi opinión propone es conservar el binarismo de género, a través de la integración e incorporación de a esta sociedad enferma. Eso la verdad no me interesa. (En este instante, no puedo dejar de recordar a mis hermanas La Krudas quienes tuvieron que emigrar de la Isla para poder desarrollarse dentro del artivismo vegano y lesbofeminista).

Simplemente siento que Cuba :»se me queda chiquita» porque allá siempre queremos conciliar, a pesar de que sabemos de antemano que no llegaremos a ninguna parte. Pero ese es el camino menos sinuoso, digo yo. Los discursos radicales solo tienen cabida si es para defender la Revolución.

Y la verdad hay puntos en los que ya no puedo. No puedo con el discurso estéril que pretende hermanarnos sin responsabilizar a alguien específico, muchos menos puedo con la violencia de género, ni con la sospecha que no es mas que un síntoma de ignorancia. Del racismo ni hablar. Y de la heterosexualidad, como sistema político de control de nuestros cuerpos y la vidas, tampoco.

Me preocupa mi regreso a Cuba, no lo niego. Desde ahora advierto el displacer que me provocará sentirme limitada, intentando explicaciones que más que horas de estudio me han costado vivirlas. Ver gente durmiendo en carpas, luchando por unos papeles que les convierta en ciudadanos de este planeta, aun cuando ninguna persona es ilegal; saber que mis amigas iraníes comunistas, exiliadas en Alemania, fueron perseguidas por la Revolución Islámica de tal modo que a una le costó una pierna y a la otra la vida de su compañero, son experiencias que marcan en la vida toda.

Pero ahi vamos, ya les iré contando. Por lo pronto dejo el vídeo de acogida del último encuentro de lesbianas feministas de Abya Yala; este expresa cabalmente lo que ahora estoy sintiendo.

Imagen tomada del perfil de Tw de Yolanda Polo

 

Un comentario en “Soliloquio: Desnudándome

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