Como en algún momento fui parte de la ciencia no confió en ella per se. Entonces dudo de todo lo que ella ofrece como sus mejores resultados.
En varias ocasiones he reflexionado sobre como la ciencia ha jugado un papel importante en la colonización de nuestros cuerpos y mentes, tal como la herramienta de poder que es.
Sin embargo, este es un debate que aun no tiene lugar en Cuba. En la isla, se aceptan de manera general los hallazgos cientificos sin cuestionárseles y sus prácticas como si la medicina contemporánea, a la cual dedico el post de hoy, nos hubiese ofrecido soluciones sin costo alguno, tanto financieros como sociales. Y como si ella también no hubiese generado buena parte de las clasificaciones de los seres humanos que en el día en hoy nos cuesta quitarnos de encima, tal cual las referidas a la sexualidad.
Mucho menos confío en la industria farmaceutica, pero eso será tema de otro post.
Ahora lo que me interesa es denunciar como la ginecología usó a las mujeres esclavizadas para hacer sus experimentos. Me sirvo entonces de un obra surgida en el marco del Seminario Internacional X0y1: Arte e industria digital: aproximaciones desde el género y el ciberespacio.
Estoy en shock luego de ver este documental. SI es Ud. muy sensible, le sugiero abstenerse de verlo.
Imagen de portada tomada de Wikipedia.
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