Poco tiempo después de haberlo conocido, Anny había decidido que no dejaría escapar a su hombre. Celebró entonces con creces la oportunidad que le dió la vida de conocer a Rafa. Él era aquel “príncipe azul” que cuentan los libros. Consentidor, galante, respetuoso, concentrado en la relación con ella. Simplemente Rafa era todo lo que Anny deseaba en su vida.
Ella había tenido relaciones difíciles con sus parejas anteriores. De manera que Rafa era un cambio en su vida.
No obstante, no sabe por qué junto a la satisfacción de sentirse amada, llegó a tener cierta inseguridad. La pregunta “me ama o no me ama”, la atormentaba por momentos.
Decidió entonces luchar a toda costa por su amor y recurrió a una conocida para saber qué podría hacer para no perder a su pareja y alejar esa inseguridad que no la dejaba disfrutar del todo, aún cuando la relación iba bien y ni por asomo existían señales de que algún día se terminaría.
Una ayudita
A través de una amiga conoció a una mujer que aseguraba hacer hechizos para “amarrar al marido”. Rituales de todo tipo: magia blanca, brujería, vudu, magia roja. Su punto fuerte era unir parejas, eliminar la inseguridad, dar fortaleza a la relación y que reinase la paz indefinidamente.
Esta señora le pidió entonces, junto a una vela, un par de cosas de él, entre ellas una foto y un trocito de cabello. Anny siguió las instrucciones que le fueron dadas.
Rafael y Anny siguieron juntos. Tuvieron una buena relación como todas, con sus altibajos. Pasaron años, más de diez de vida en conjunto, y con el tiempo, por aquellas cosas que tiene la vida, ella quiso separarse.
Doloroso «desamarre»
A Anny le fue muy difícil plantear la separación pero ayudada por amigas logro hablarle a Rafa. Sin embargo, él la amenazó si lo dejaba y comenzó una verdadera odisea para Anny. Él le pegaba cigarrillos en las piernas (hasta el día de hoy ella lleva esas marcas), para que, según él, ningún hombre se fijara en ella pues con esas marcas…
Fueron seis meses de intensa agonía. Ella intentaba denunciarlo pero como en su país no hay ley contra la violencia de género, le pedían que tenía que llegar con las lesiones “al rojo vivo” a la estación, para que la policía pudiera intervenir.
Finalmente Rafa fue llevado 6 meses a prisión por haberle causado lesiones físicas a Anny.
Está demás decir que Anny no encontró mujer que le hiciera un nuevo” hechizo” para que su marido no le haga todo lo que hizo.
Cuando terminen los seis meses y Rafa salga de la cárcel, lo más probable es que Anny ya no acuda a una bruja, sino a su sentido común
Publicado en Hablemos de sexo y amor