Se me fue el orgasmo

Era un día cualquiera; lo único singular es que Rita andaba con las hormonas media revueltas, acabada de pasar la menstruación, lo cual siempre influye, según ella, en sus ganas de tener sexo.

Según su opinión, tener relaciones sexuales no se refiere únicamente a la penetración y tampoco a tener sexo con otra persona, para ella incluye todas las prácticas sexuales cuyo objetivo sea obtener el placer.

En ese contexto, se preparó la mejor de las noches eróticas para sí misma donde el disfrute comienza desde el instante en que se lo plantea, me dice.

“Puse a volar mi propia mente, llegaron mis fantasías sexuales, aquellas que disfruto sobremanera y que me permiten estar a sola con mi propias sensaciones sintiéndome deliciosamente erotizada”.

“Cuando me masturbo soy capaz de probar las más intrépidas maneras de ofrecerme placer. Soy una mujer que gusta de experimentar y mis límites no son fijos. Me encanta jugar a darme placer”. Y recordemos que Rita andaba a tope de ganas de.

Sin embargo, me cuenta con una cara que yo describiría entre la angustia y la incertidumbre, que, llegado el momento, el orgasmo se le fue. Cuando le pregunto un poco más a que se refiere, me aclara que casi no pudo disfrutarlo y lo describe como «efímero, diminuto, casi imperceptible», que no estuvo en relación con los deseos que ella tenía y como se había preparado para ello.

Ciertamente yo no pude darle una respuesta exacta a su pregunta sobre cuál podría ser la causa del desvanecimiento de su orgasmo, pero si le sugerí que siguiera explorando, si no fue esa vez podría ser otra cualquiera.

En cuestiones de sexo se aprende haciéndolo, sintiéndolo y hasta el más minúsculo detalle puede hacer que no se alcance el tan deseado fin. Dicho sea de paso, «el durante» puede ser también más importante que la meta.

Publicado en Hablemos de sexo y amor.

Foto de portada: gaelx