Por Yolanda Arroyo Pizarro
«No soy yo la que se viene. Es su boca. La boca de Alexia se me viene en la entrepierna. Poco antes, tan sólo unos segundos apenas, han eyaculado sus dedos dentro de mí. La corriente eléctrica ha recorrido mis pieles. Tengo varias pieles. Todas las ha descubierto ella y me las ha colocado encima. Nunca es mi piel la misma piel una vez Alexia me ha acariciado. A veces convergen todas, en un remolino, como si se cocinara una mezcla de sabores agrios dulces. Y a veces se derraman todas, pieles de lozanía y longevidad, o una combinación de algunas tantas por el cabello, entre los muslos; se me depositan sobre hombros, espalda y pechos.»
Fragmento de Caparazones de Yolanda Arroyo Pizarro.