Por Roberto Zurbano Torres
EL CLUB DEL ESPENDRÚ tuvo la mejor oportunidad para abrazar, compartir y agradecer a Gloria Rolando, su carrera como cineasta independiente, directora de diez documentales y una serie documental de tres capítulos sobre la Masacre del Partido Independiente de Color. Su mirada escudriña la vida de la gente sin historia y les convierte en valiosos protagonistas de la cultura y la sociedad cubana, pues ella sabe elegir temas, personajes y acontecimientos del pasado que tienen una intensa vibración en el presente.
Habíamos demorado este abrazo tanto, que decidimos asaltarla en el momento más oportuno, recordando lo que hacíamos cuando niños con nuestras madres y maestras, quienes nunca dejan de trabajar y no les sobra mucho tiempo para contemplarse a sí mismas, para celebrarse como merecen. El marco de esta celebración fue la 43 Conferencia Anual de la Asociación de Estudios Caribeños (conocida como CSA, por sus siglas en inglés), celebrada en el hotel Habana Libre, la primera semana de junio.
Entonces, el pasado martes 5, a las 5 y 30 de la tarde aprovechamos siete minutos previos al panel que abordaba el cine de esta importante cineasta afrocubana en el salón Solidaridad, integrado por las afronorteamericanas Andrea Queeley, Devyn Spence Benson y Amberly Ellis Alene; ellas nos cedieron estos minutos para que EL CLUB DEL ESPENDRÚ honrara el modo en que Gloria Rolando se ha convertido en una de nuestras ceibas madre-maestra y hermana de luchas cada vez más necesarias, desde una persistencia, una claridad y una perspectiva futura que pocas veces encontramos en nuestro país. Y lo ha hecho a pesar de toda resistencia, de toda indiferencia y de toda soledad o falta de solidaridad. Poniéndole una inmensa y hermosa carga de entrega, profesionalidad, amor y respeto por el trabajo en equipo y la memoria colectiva.
Gloria Rolando es una de las artistas e intelectuales afrocaribeñas que ha reunido en su obra, las músicas, las religiones, historias y subjetividades del rostro múltiple de nuestra identidad afrocaribeña casi nunca reconocida. Una de sus mayores contribuciones es mostrarnos esos rostros en la gran pantalla con tanta dignidad y belleza. Por eso le entregamos la condición de Miembro de Honor de EL CLUB DEL ESPENDRÚ, algunos regalos para su cuerpo, otros para su alma y nuestro eterno agradecimiento por sus contribuciones, su carrera y su pasión vindicatoria, cimarrona y hermosa. Abrazamos, hermanamos, aplaudimos, compartimos y aprendemos. Así, avanzamos, juntos y dispuestos a salvar la memoria y el futuro afrodescendientes. Gracias, Gloria Rolando.