Por DRB
No se puede hablar de apropiación cultural sin comprender que la vasta mayoría de ella viene desde el occidente y/o desde el norte, o sea, imperialismo, poder, ya sea real o percibido. El privilegio blanco definitivamente pasa x ahí, y es así en gran parte de los casos, pero no es un requisito.
Parte de lo que se critica, con o alrededor de la apropiación, es que parte desde el fetiche u obsesión hacia culturas y poblaciones ajenas a la experiencia propia y especialmente con las cuales no se tiene ningún compromiso político que las eleve y las respete fuera de cualquier beneficio personal; así como una creencia, consciente o inconsciente, de que quienes estamos en el norte u/y occidente tenemos el derecho, el entitlement, a envestirnos —de nuevo, figurativa o literalmente— de toda y cualquier cosa o expresión del oriente o de los sures que nos encontremos “cool”, “interesante”, “exótica” para destacarnos o aparentar algo que no somos, algo que para nosotres no es ni auténtico ni autóctono.
La clave de la apropiación cultural es la falta de relación de la persona apropiadora con lo que se apropia, la falta de reconocimiento y elevación incondicional del simbolismo, las dinámicas, el significado del impacto y las raíces de lo que se apropia; y casi siempre que existe una contradicción entre el fetichismo y la obsesión con lo apropiado, de dónde esto procede y la desvalorización, el desdén y el desprecio de la cultura/sociedad de quien apropia hacia quienes son apropiadxs.
La apropiación cultural termina siendo una forma de explotación. Por tanto, las personas que tienen el privilegio blanco (ya sea porque son blancas o blancas-mestizas) conlleva el deber de 1) insistir que se respete la básica y principal pertenencia y representación del género musical africano 2) buscar que los beneficios lleguen primeramente a esas personas antes que a la gente blanca, y que cualquier lazo que que se tenga con la cultura no lo exima de ese compromiso de que el negro sea priorizado y 3) asegurarse de usar su voz y plataforma, sean usadas para elevar lo africano, dentro y fuera de la cultura y para desafiar la supremacía blanca, la negrofobia y el colorismo en su ambiente.
Foto de portada: Michael Le Roi

3 respuestas a “«La apropiación cultural termina siendo una forma de explotación»”

  1. Tengo una pregunta: Los Negro Spiritual del sur de los EEUU, que son himnos religiosos anglo-protestantes cristianos ¿son apropiación cultural?

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  2. El problema con el concepto de «apropiación cultural» es que no es más que una reclamación de «autoría», y la autoría es una «invención» de la sociedad burguesa del siglo XVIII para imponer una ideología individualista, la que a

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  3. No terminé la idea.
    …la que a su vez no es sino otra forma del concepto maquiavélico de «dividir para reinar», que por cierto es la base política del capitalismo extremo globalizado.

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