Heriberto, me sorprendió extraordinariamente tu reacción ante mis palabras, pues son las mismas que vengo diciendo desde que escribí mi primer ensayo sobre la presencia martiana en el Partido Independiente de Color, y que he ampliado y enriquecido a través de mis combates en espacios nacionales y extranjeros, no siempre enfrentándome a los enemigos, sino a nuestros propios hermanos de lucha, que no siempre comprenden o mal interpreta acciones y palabras. . Mis palabras jamás serán las que dicen los enemigos de nuestro proceso, las palabras no son las que definen objetivamente a los hombres, sino los hechos.
Mi análisis del racismo tan enraizado en la mente de todos nosotros lo vengo mostrando y argumentado desde hace años, los que han ido a mis cursos y conferencias saben muy bien que mi lenguaje no es de odio, mucho menos el de sembrar cizaña, sino el de cultivar amor, fraternidad, la comprensión histórica y social de errores cometidos, como una de las consecuencias dialécticas de nuestro proceso, grandioso en su más amplio y trascendental sentido, pero no exento de extremismos, y de dogmatismo, como la historia evidencia ha ocurrido en todas las verdaderas revoluciones.
Mi lenguaje no siembra la división, intenta la unión, la concordia; decir la verdad sobre la real historia de Cuba a los sectores más urgidos de nuestra población de acceder a ese conocimiento, no es repetir las palabras de los que buscan destruir nuestro proceso sino por el contrario, hacernos más fuertes en esos espacios, reconociéndonos más profundamente, como una de las partes fundamentales de la realidad que defendemos, debemos tomar la delantera, posiciones de ventaja en esa batalla e impedir dejar espacios libres para los que luchan no por el mejoramiento armónico de nuestra sociedad dentro del socialismo.
Los que deseamos hacer más expansivo, y fuerte el conocimiento histórico y el debate crítico, pero constructivo para erradicar males que todavía sobreviven en Cuba, somos defensores comprobados de nuestros logros, pero muy analíticos de los desaciertos cometidos ayer, para evitar los que puedan ocurrir hoy, e impedir que se reproduzcan situaciones ya superadas.
Cuando me invitaste a forma parte de la Comisión Aponte , de acuerdo con la valoración que hiciste de mí, pensé que me conocías más de lo que yo pensaba, pues de ser así, seguramente no hubieras mal interpretado mis palabras, independientemente de que por mi apasionamiento hubiera dicho algo que no se articulara con mis acciones cotidiana, comunitarias, investigativas, no solo en fuentes archivísticas y bibliográficas sino con las fuentes testimoniales de hombres y mujeres que han expresado sus sentires, y valoraciones como parte de ese pueblo del cual nosotros formamos parte y que tambien anhelan un mejoramiento aun mayor de lo obtenido hasta aquí y que necesitan en igual medida un conocimiento y herramientas cognoscitiva para enfrentar con mejores condiciones los retos sociales y económicos que surgirán en nuestra sociedad ya sumida en el proceso de cambio total.
Para nadie es un secreto que en un país como el nuestro, para hacer algo que tenga una verdadera repercusión tiene que contar con el apoyo gubernamental, institucional. En la actividad del ARAC de la Casa del Alba, de la semana pasada Tato señaló que al gobierno, a las autoridades les tocaba desde muchos ángulos el mayor peso en esa lucha, porque tienen la posibilidad de legislar, aplicar leyes, tomar medidas efectivas para reducir las acciones racistas, sobre las cuales cada día hay mayores quejas, pero Heriberto, las acciones que se tomen desde el poder para eliminar el mal de las discriminaciones, no están reñidas contra la realización de paneles, de debates abiertos, en espacios hasta ahora no habituales, ambas tendencias, se complementan y contribuirán mutuamente al conocimiento de esa historia olvidada, silenciada, que la propia revolución se esfuerza por dar a conocer; el libro El negro en Cuba (1990) se escribió inspirado en las palabras de nuestro Comandante en jefe cuando en la clausura de los actos por el centenario de la Guerra de los Diez años, llamó a los estudiosos, a los amantes de nuestra historia, a investigar y a publicar esas historias, figuras y a los hechos apenas abordados en nuestros programas de historia. Socializar ese conocimiento, contribuir a la concientización de dónde venimos, que somos y que queremos, teniendo presente, la significación del surgimiento del poder revolucionario liderado por nuestro Comandante Fidel, es de suma relevancia para la materialización de esos empeños. Por muy diversas razones, en algunas áreas sociales e históricas seguimos combatiendo contra los prejuicios, y contra todo lo que ha impedido nuestro desarrollo mayor.
Afortunadamente, estamos en un periodo de cambios muy visibles, como ya he dicho, que cada día gana mayores espacios. La concientización e importancia del conocimiento y justa valoración de todos nuestros ancestros es algo fundamental para ese cambio.
El rap jugó un papel muy importante en esa dirección entre los negros y negras. Recordemos que a la Biblioteca Nacional se le asignó una de las comisiones que Color Cubano logró incorporar y mostrar como parte importante de la labor que se materializaba en la lucha contra el racismo. La Comisión de la Biblioteca Nacional hizo al principio un buen trabajo, parte de ese trabajo heredado de las comisiones que funcionaron durante un tiempo en el Comité Central de nuestro partido, allí, en la última y única reunión a la asistí, conocí a la doctora Lidia Turner y pude oír su informe final de la revisión de los textos docentes que se usaban en los diferentes niveles de nuestra enseñanza; sé que en esa misma línea han trabajado recientemente otras instituciones conjuntamente con el Ministerio de Educación con la finalidad de preparar próximos libros que respondiendo a sus diferentes niveles, brinden una información más enriquecedora y balanceada de aquellos temas hasta ahora pocos abordados. Esos nuevos textos posibilitarán la creación de nuevos espacios de debate, a la ampliación de los ya existentes, todos concebidos con un amplio sentido constructivo, de fraternidad, de amor por nuestra cultura, por nuestra historia, por el reconocimiento de aquellos que fueron pioneros, y de los que se sumaron a esa lucha antes que nosotros, de la cual ahora somos voces, hechos y acciones.
No veo contradicciones entre las medidas oficiales, gubernamentales que se puedan tomar para tratar de disminuir hasta desaparecer las desigualdades contra las cuales nos enfrentamos en la actualidad, independientemente de lo que hemos avanzado durante todo el proceso revolucionario, y la propuesta de llevar ese debate al seno de nuestra sociedad. Pienso que las políticas sociales, raciales, antidiscriminatorias, o como se les nombren, serán complementadas con los debates y discusiones que surgirán inevitablemente por la aplicación de tales políticas, que conllevarán también a una mayor calidad de vida, que influirá de manera objetiva para lograr un cambio positivo de la forma de pensar de todos los involucrados en ese proceso.
Dichas políticas generarán acciones y debates concretos durante la larga lucha, e igual camino por recorrer, que a la vez irán creando las condiciones para que otros la continúen , esos males podrán ser disminuidos o eliminados, no por decretos, sino como dijera Barbarita en su intervención, sino mediante el surgimiento de una mentalidad nueva, la cual solo podrá construirse en la medida en que sean mejoradas de manera objetiva las contextos materiales donde viven amplios sectores de nuestros hermanos urgidos de una mayor aencion, como bien ha señalado Mayra Espina, Heriberto, siento mucho que mis palabras no fueran comprendidas en su real sentido, puede ser que sin desear dijera algo que no se comprendió, o que yo, emocionado dije algo que mal se interpretó.
Sabes cuál es mi pensamiento, cual es mi acción cotidiana, comunitaria e intelectual investigando no solo en archivos y en fuentes bibliográficas, no las palabras, sino los hechos son lo que realmente definen a las personas, conozco tu pensamiento, no olvides que estuve en varios actividades donde he valorado tu forma de pensar, y tu criterio de hacerlo todo con el apoyo gubernamental, y creo que es algo real, positivo nadie que este identificado con nuestro proceso puede estar en contra de eso.
En una ocasión se me hizo una entrevista, en los principios de los noventa, y subrayé que hasta que el problema negro no se convirtiera en un problema político no se comenzaría a estudiar seriamente el problema del racismo en Cuba. Ese asunto salió en una de las actividades en las que formaste parte del panel en el Pabellón Cuba.
Dichas políticas requerirán, como ya he dicho, acciones concretas. Ese marchar no será posible en corto tiempo, pero su ejecutoria será muy necesaria, para que otros continúen esa lucha como nosotros somos continuadores de los que nos precedieron, y como dijera Barbarita en su intervención, solo puede crearse una mentalidad nueva, en la medida en que las condiciones materiales en las que vive una parte de nuestra población no sea objetivamente mejorada, ya estamos en ese camino, por eso cada día me siento más optimista. Y como bien sabes, llevo años hablando de estos temas , tratando de llamar la atención de los que pueden ejecutar medidas que estimulen aún más a la lucha no solo contra el racismo, sino contra todas las discriminaciones, y como bien se dijo en una de las actividades a la que he asistido en estos días, nuestra Constitución nos da derechos, pero carece de un aparato que facilite las medidas punitivas, condenatorias cuando se comete una acción visiblemente discriminatoria, no únicamente desde el punto de vista racial.
Espero el jueves a Rene y y presentar el informe de todo lo que hemos hecho en cuanto a las jornadas Maceitas y juangualbertistas.
Saludos,
Tomasito cada día más cimarrón.
Un comentario en “Carta de Tomás Fernández Robaina a Heriberto Feraudy”