No negamos que el tema de la racialidad, de los prejuicios, de las pretericiones por el color de la piel es asignatura aún pendiente. Estoy consciente y sé que no vivo en una sociedad perfecta.
El hombre piensa como vive, y Zurbano es un hombre nacido con la Revolución o algunos años antes, lo que no le permitió conocer la otra Cuba.
La única excusa que tiene el amigo Zurbano es la edad y no haber vivido aquella etapa o haberse documentado bien, y el no haber comprendido que vive en un país más justo que el que nos tocó a muchos de nosotros, y que todo no se puede lograr en 54 años.
La Revolución comenzó a eliminar desigualdades desde un primer momento, si bien es cierto que todos los estamentos de la población no pudieron aprovecharla de igual manera debido a la asimetría existente desde la época colonial. El plan de becas facilitó el acceso a la enseñanza por igual a blancos, negros y mestizos, la eliminación de las domésticas —en su inmensa mayoría negras y mestizas— dio acceso a otros empleos pues pasaron a trabajar a oficinas bancarias (donde antes de la Revolución no había un solo negro o mestizo “adelantado” según la jerga racista), como conductoras de taxis (las llamadas popularmente violeteras), en tiendas por departamentos y hombres y mujeres negros y mestizos pudieron ser más que ujieres y porteros en las dependencias estatales.
Le informo al escribidor que Fidel Castro, en su época de estudiante universitario, era miembro del “Comité de lucha contra la discriminación racial”, si la memoria no me falla era vicepresidente del mismo.
Zurbano omite que el debate sobre la discriminación racial fue abierto por Fidel Castro en marzo de 1959, que en más de una ocasión Fidel y Raúl se han referido al tema, que el mismo ha sido discutido en la Asamblea Nacional y en diferentes provincias por los gobiernos provinciales y la comisión José Antonio Aponte, de la UNEAC. Dicho sea de paso, el escribidor no nos dice: ¿Cual gobierno espera al final de lo que él llama “era de los Castro”?
Con referencia a las remesas —independientemente de que la mayoritaria emigración es económica—, el autor sabe que en los primeros momentos estuvo integrada por los elementos blancos más antinacionales y pro yanquis, cuestión esta no señalada por el escribidor.
El racismo está enraizado en sociedades cuyo sistema tiene más de 54 años en el poder, el capitalismo ¿es necesario mencionar países? Y donde no hay verdaderos esfuerzos para resolver el problema. No entiendo tampoco cómo califica al socialismo de utopía, el hecho del fracaso del socialismo real europeo, no invalida el socialismo como sistema más justo
El escribidor, hombre de cultura, no nació en una república:
- Donde en 58 años, solo hubo un general negro —Querejeta—, ignorando la participación en esa república de los no blancos que constituyeron la inmensa mayoría del Ejército Libertador.
- En una república donde en la televisión solamente los negros eran: Jazmín, la criada de Minin Bujones y Bebo Egea, Acito (Amadorcito Domínguez) al que cogían para payasadas en “Aquí todos hacen de todo”; este era hijo de Amador Domínguez, Bartolo “Eso dicen”, que hacía el papel de negro tonto en la televisión.
- Elvira Cervera, gran actriz, jamás logró un protagónico en la televisión. Que solo lo lograron después de 1959 en la televisión nuestra: Mario Balmaceda, Mario Limonta, Aurora Basnuevo, Alden Knight, Aseneh Rodríguez, etc…
- Fortún, ganador de 3 medallas de oro en juegos Centroamericanos y del Caribe en 1946,1950 y 1954, que en las olimpiadas de Londres no pudo pasar de las eliminatorias porque al decir de Ángel Hernández su coequipo “tenía para más, pero el hambre y la miseria fueron sus contrincantes”. El premio que recibió al regresar de los juegos centroamericanos y del Caribe en 1954 en México fue la cesantía del modesto puesto de listero que ocupaba en el Ministerio de Obras Públicas, al igual que Ángel García otro deportista negro.
Pudiéramos seguir ejemplificando, pero con estos basta. Creemos que debemos continuar la lucha por eliminar esa costra del coloniaje y la república dependiente que es el rezago racista pero, seamos objetivos y no hagamos inconscientemente el juego al enemigo; que seguramente nos retrotraería en el plano racial y otros a la república de la cual nos sacudimos en 1959.
Lo anterior es una aclaración de este escribidor al amigo Zurbano.
Tomado de http://www.lajiribilla.cu/articulo/4158/en-el-organo-equivocado-y-el-lenguaje-equivocado
2 comentarios sobre “En el órgano equivocado y el lenguaje equivocado. Por Silvio Castro”