Cuando Daniela le dijo a su hija Lía que la acompañaría en el viaje y se quedaría junto a ella el tiempo que hiciera falta, a la joven se le aguaron los ojos. Quince años atrás, Daniela de veintitantos, había hecho el recorrido desde Cuba hacia Italia convencida de que podría darle un mejor futuro aSigue leyendo «Me dicen Cuba: Tanto nadar pa vivir en la (otra) orilla»