En ocasiones publico, con la anuencia de la persona indicada, comentarios como post. Hoy quiero presentarles a Miriam, una amiga ciber a quien tuve la oportunidad de concoer personalmente hace dos semanas.
En el comentario, que comienza agradeciéndome por la realización de un espacio de debate en la UNEAC (lamento los agazajos), ella revela parte de su cotidianidad que está muy marcada por el hecho de ser una joven negra investigadora.
Lleguen hasta al final y luego me cuentan!
Hola, Negracubana!
Primero que todo felicitarte nuevamente por lo bien que organizaste ese encuentro, y segundo a agradecerte por haberme invitado; de lo contrario me lo hubiese perdido puesto que estas cosas no las pasan por TV.
Para mí fue interesantísimo, sobre todo por los términos que escuché por primera vez como posporno, drag king, etc… te pareceré dasactualizada, pero es así realmente. Por eso es que te había pedido que me invitaras alguna de esas actividades.
También me pareció fantástico que las mujeres estén abriéndose espacio aunque sea así, por ahora. Con personas como tú organizándolas creo que se puede lograr más que lo alcanzado por la FMC, como bien dijera «Pasa Kruda». Todo eso que una vez se hizo por «rescatar» las mujeres y darle un «modo de vida» diferente ahí se quedó después del 59. Es hora de que la generación nuestra, especialmente las mujeres, haga algo por avanzar a la par de los tiempos actuales y, pienso yo, de guiar a las jóvenes y niñas que serán nuestro relevo. A veces las veo en la calle y me da pena verlas con ciertos comportamientos que les parecen tan normales, y de continuar, serán las madres y esposas de mañana que dejarán mucho por desear.
Las veces que te he escrito, lo hago como si fueras ya una amiga de hace tiempo. La primera vez que supe de tu existencia fue por el libro Fotos de Cuba. Decidí que cuando volviera a navegar en internet buscaría información. Así di con tu e-mail. Pones una foto de hombros hacia arriba; te vi pelada bien corto y con cara bonita. Por eso te envié una foto mía.
El lunes 16 de enero te vi personalmente. No sé cuántas veces más nos veamos, pero me agradó mucho. Me parece fantástico cuando una mujer, más si es negra, sale adelante.
Ese mismo lunes 16 de enero mi padre hubiese cumplido 87 años, pero falleció el 20 de diciembre de 2009, o sea, hace dos años. No fue un excelente padre (cosa que pasan), pero se preocupó por nuestra educación, y siempre nos decía que nuestra raza vale mucho lo que no se da su valor. Él fue limpia botas y de todo un poco antes del 59 (nació en 1925), después del triunfo, tintorero y carpintero en sus ratos libres. Veinte años mayor que mi madre, hoy con 68 años, quien solo estudió hasta 4to grado porque tuvo que servir de criada: era la mayor de 7 hermanos. Con la Revolución solo pudo ser auxiliar de limpieza o ayudante en un comedor.
Somos tres hermanos (dos varones mayores que yo) y solo el del medio pudo ir a la Universidad porque el mayor pasó un técnico medio de cocina internacional en dos años, y desde entonces ese es su trabajo. Él quiso ser médico pero el periodo especial le jodió la vida, también a mi: no pude entrar a la vocacional Lenin como quería, me tocó un pre becado en Guines (tenía 15 años).
Mientras yo estaba en décimo grado, mi mamá lavaba y planchaba bultos de ropa para la calle, para poder darle unos pesos a mi hermano para la universidad, hasta él cuando llegaba se ponía en ocasiones a planchar para ayudarla. Yo por mi parte arreglaba uñas o hacía trencitas, vendía coquitos, cualquier cosa, para ganarme mi dinerito para entrar a la beca por 11 días. El mayor a veces traía algo de comer a la casa.
Muchas de mis buenas amigas de la infancia se volvieron jineteras, no las culpo, o no siguieron estudiando.
La «Crisis de los Balseros», en agosto del 94, me llevó a otros compañeros que despedí en la costa de Alamar, incluso algunos no llegaron; en sept. el punto de entrada en la terminal de trenes de La Habana estaba casi vacía. Qué tristeza!!! Viendo y viviendo todo aquello no me sentía capaz de ir yo también a la universidad (pero tampoco tenía escrúpulos para jinetear); cualquiera de las dos opciones (estudio o jineteo) terminaría matando a mi madre quien ya entonces no trabajaba debido a la diabetes (cómo se le ponían las manos cada vez quese cortaba con un cuchillo o se enterraba una espina de pescado o un hueso!!!).
Aunque tenía excelentes notas, tomé la decisión de pasar un técnico medio para poder trabajar y luego hacer la carrera por curso de trabajadores (tenía 18 años). Así hice, me esforcé, me gradué con título de oro con lo que tenía pasé directo a la carrera de Lic. Alimentos, pero ya habían cerrado la carrera tenía que ser en diurno.
Fui a la CUJAE, pero allí no era válido mi título de oro. Tuve que estudiar como loca para la prueba de ingreso porque no tenía dinero para pagarle a un profesor particular.
Mientras trabajaba acá en mi primer centro de trabajo, como obrera de la producción en la planta de carne. Debía trabajar a la par de los hombres sin contemplación (éramos solo 4 mujeres): empujaba unas carretillas de más de 90 kg de masa de embutidos que hoy no sé como podía, después tenía que limpiar; si era en el matadero me tocaba casi siempre recuperar las tripas del cerdo o recoger la sangre de la res, además de limpiar. Cuando terminaba me bañaba para ir alante, donde estaban los investigadores…quería aprender pero ellos solo veían en mí a una «negra limpia tripas». Me fui, tenía 21 años.
Cambié de centro de trabajo varias veces, a donde me fuese más cómodo estudiar, aunque luego me percaté que no importaba a donde me cambiara, siempre sería negra.
Así me hice ingeniera, máster y ahora, el día del cumpleaños de mi padre, logré que me firmaran el autorizo para hacer el doctorado, precisamente en el mismo centro de donde salí. Ya tengo 34 años y un niño de 10. Algunos conocidos de la infancia me ven y me dicen que sabían que yo lo lograría.
Te imaginarás ahora por qué alguna gente acá se pone mal cuando me ve pasar, para colmo con mi look bien de negra, porque tenía el pelo muy largo y desrizado y decidí retomar mi onda de los kris kros y ahora el droom.
Le dije a mi novio que cuando me crezca más el pelo quiero que me haga los drealooks; él dice que yo no estoy «loca» para hacer eso, que en mi trabajo sí que me van a odiar… no me importa, ninguno de ellos me ha dado nada.
Estoy feliz de haber llegado hasta aquí, me ha costado mucho pero valió la pena. Lo lamento por gente buena que no tuvo fuerzas y se dejó arrastrar. Esta carrera por la vida es de resistencia no de velocidad.
Te cuento todo esto porque no es fácil lo que nos toca pasar, tener que escuchar incluso que me digan que «conmigo se echó a perder una blanca», que si me casara con un extranjero no pasaría trabajo o que con mi «inteligencia» si me fuera del país viviría como millonaria, y cosas así.
Ser mujer y negra es algo que hay que saberlo llevar. Como decía mi papá, darse su valor. Por eso admiro lo que haces, y lo que hiciste el lunes, según tú, con tanto esfuerzo, y te creo.
No te detengas, sigue adelante. Me encantó escuchar hablar a «Las Krudas», ya sabía de su música y hasta algunas canciones suyas había escuchado, pero nunca imaginé que se proyectaran así. Cada vez que escuho a Haila (¿la diva del pueblo?) quisiera saber si puede manifestarse así, tal como Las Krudas, cuando tenga que hablar de algo que no sea de «su propio trabajo artístico».
En fin, que el encuentro fue muy ameno y no alcanzó el tiempo, yo me quedé con ganas, pero de eso se trata, que la gente salga comentando lo bueno que estuvo y siempre quiera volver.
La semana que viene (23-27 enero) es mi primer encuentro del Doctorado (tiene frecuencia 1 semana por mes durante 1 año); luego tienes hasta 5 para defender la tesis. Lo «chistoso» es que cuando estoy haciendo la matrícula el coordinador me dice que hay otra de mi centro: adivina, blanca y amiga de los del piquete que peor me mira acá. Tú sabes, no.
Bueno, basta de muela que tú estás siempre muy ocupada y buscas el momentico para comunicarte conmigo, para yo robarte tanto tiempo.
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