Por Desiderio Navarro

Como bien saben los miembros del Consejo Nacional de la UNEAC y los delegados a los últimos Congresos de la UNEAC, desde hace muchos años he venido interviniendo argumentadamente contra el economicismo pragmático e inescrupuloso que va en busca de ganancias a cualquier precio moral o cultural o incluso político e ideológico, y en especial contra el uso de la imagen de la mujer cubana, sobre todo la mulata joven, como objeto sexual destinado a atraer el turismo extranjero y fomentar el consumo de productos y servicios ligados a situaciones turísticas.

Cuba 1-2

El uso de la mujer cubana como objeto erótico para estimular el turismo y el consumo no es un invento de empresarios y especialistas de marketing cubanos de los últimos 25 años: la publicidad de las empresas capitalistas prerrevolucionarias, imitando modelos estadounidenses y europeos, recurrió regularmente al mismo hasta los primeros años del triunfo revolucionario. Los menos jóvenes recordarán, por ejemplo, la asociación imaginal de un voluminoso trasero femenino y los cigarros Partagás bajo el denominador común de «una tonga de gusto», o postales que anunciaban la «clara, ligera y sabrosa» Cristal de la manera siguiente:

Cristal  anuncio antes de 1959
Cristal anuncio antes de 1959

Con una amplia presentación en Power Point he mostrado decenas de postales, carteles, anuncios y otros materiales publicitarios recientes de empresas estatales cubanas en los que imagen y/o texto están destinados a asociar distintos aspectos (música, playa, bebidas, etc.) de una estancia en Cuba con la posibilidad de aventuras con jóvenes mulatas disponibles, apelando a estereotipos racistas sobre la extraordinaria sexualidad y accesibilidad sexual de éstas.

Cristal con mulata
Cristal con mulata
Ron Mulata
Ron Mulata

Han pasado los años, y la supervivencia del problema me ha obligado, una y otra vez, a repetir en diversos contextos culturales de la capital y otras provincias la misma presentación, sólo que enriquecida con nuevos ejemplos de la misma práctica que la realidad nacional ha seguido ofreciendo.
En un esfuerzo por apoyar esa lucha con un análisis científico del más alto nivel, traduje y publiqué, primero, el capítulo «Libido y color» del libro Blanco sobre negro. Las imágenes de África y de los negros en la cultura popular occidental del afamado sociólogo holandés Jan Nederveen Pieterse, y, luego, el libro completo (2013).
Y, el pasado año, en el Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, luego de señalar cómo decenas y decenas de empresas y agencias turísticas extranjeras venían presentando a los habitantes de la Isla, exclusivamente y con una sospechosa coincidencia literal, como «libidinosos bailadores de salsa», solicité el apoyo de los delegados para exigir que el Estado cubano rompiera todo vínculo comercial con cualquier entidad extranjera que apelara a la sexualidad y la racialidad como gancho para atraer turistas a Cuba y estimular el consumo de éstos una vez en ella, propuesta que fue aprobada por una sonada aclamación de los presentes, a todas luces unánime. Significativamente, ese acuerdo de la virtual totalidad de los delegados fue silenciado en los reportes de la prensa nacional sobre la sesión.

A pesar de esas sucesivas intervenciones en uno de los foros socialmente más importantes del país y en presencia de representantes de altas esferas del Partido y del Gobierno, la reaparición del fenómeno en nuevas y viejas formas obliga a preguntarse si hoy en Cuba la crítica social nada puede ante los poderosos empresarios, economicistas y econócratas que aprueban, y hasta tal vez encargan, ese tipo de publicidad estatal nacional y que toleran la publicidad análoga de sus contrapartes comerciales extranjeras. He aquí el nuevo cartel que ha lanzado la empresa productora de la cerveza Bucanero.

Bucanero. Aventúrate con mulatas
Bucanero. Aventúrate con mulatas

No hay en él ninguna alusión al sabor, la pureza, las cualidades refrescantes o cualquier otra propiedad de la cerveza que se quiere vender.

NO. Nuevamente, como gancho, la mulata joven «buena hembra» (nuevamente por partida doble), en poses eróticas, mirando al objetivo, disponible, a un lado de la fiesta que se desarrolla en el fondo. (El joven mulato no aparece como pareja de la mulata –una vez más–, ni consumiendo la cerveza, sino como el que estiba la cerveza para la fiesta.)

La frase «AVENTÚRATE A UN GRAN ENCUENTRO» juega con la doble referencia al encuentro con la cerveza y a la aventura erótica con las mulatas, asociando uno a la otra.

En el serio estudio «Habaneras fumando, o una lucha cubana con los demonios raciales», (Social Text, 104, otoño 2010), la investigadora Jill lane, profesora de la Universidad de Nueva York, describe así el uso publicitario de la mulata en Cuba antes del triunfo revolucionario:
«Considérese la presencia ubicua de la mulata en los carteles de viajes de los años 30 y 40, que tentaban al turista de Estados Unidos a disfrutar Cuba como un «sitio de placer» todo el año, como muchos cientos de miles la disfrutaron en los años de la república. (…) …en la mayoría de tales imágenes, ella (la mulata) sugiere no tener otra ocupación que el ocio, el placer y el baile; bailando al compás de una rumba en la playa, está expuesta a la mirada del turista. El principal espectador sigue siendo varón y blanco, pero ahora es el vecino rico y políticamente dominante del Norte. Es exactamente ese estadounidense –el marine, turista, hombre de negocios o político– el que devino el principal antagonista en el relato de la prostitución en Cuba y la prostitución de Cuba. Él era exactamente el estadounidense al que la Revolución Cubana opuso resistencia y rechazó.»

Pocos días después del pasado 17 de diciembre, precisamente la posible reanudación del arribo masivo de estadounidenses a la Isla motivó las siguientes consideraciones de un historiador cubano-americano de la Universidad de Yale, Michael Bustamante, al responder a un cuestionario presentado por Cuba Posible, «Cuba y Estados Unidos: Los dilemas del cambio»:

«en la nueva coyuntura temo que ganen fuerza otras formas preocupantes de dominación, al menos discursivas −las que asocian a Cuba nada más que con playa, ron, y mulatas, una “jungla” de antigüedades y cuerpos pintorescos; perfectas para aliviar nuestra condición posmoderna de desarraigo, de alienación de “lo real” (aun si en Cuba sólo encontremos otro parque de atracciones). Nada de esto es nuevo, por supuesto. El turismo europeo ha vivido de esta estrategia de marketing por años (de la cual el Estado cubano ha sido cómplice), y desde los años 90, libros publicados incluso en Estados Unidos, han insistido erróneamente en promover la imagen de los cubanos como piezas en un museo de la Guerra Fría.»

Ante la continuidad e impunidad de esas prácticas publicitarias de origen estatal resulta difícil protestar por el lenguaje acusatorio del autor. Pero sí podemos precisar que, mucho antes de la «nueva coyuntura», al menos algunos intelectuales en Cuba hemos venido expresando públicamente nuestras preocupaciones, temores, indignación y rechazo por el resurgimiento de esa mentalidad y discurso neocoloniales.

La asociación o identificación de Cuba con un cuerpo femenino mestizo, disponible en una espera ociosa o en una danza erotizante, prometedora de posibles y probables experiencias eróticas, no sólo es una extrema manifestación de un sexismo y racismo incompatibles con el ideario socialista, sino también una legitimación, en cuanto a Cuba, del discurso globalizador imperial que les asigna a determinados países del Tercer Mundo –de Santo Domingo a Tailandia– el papel terciario de suministradores de placeres eróticos exóticos en la distribución internacional del trabajo.

Sólo la socialización de una visión socialista, antisexista, antirracista, antimercantilista y anticolonialista del fenómeno turístico, así como la adopción y aplicación de directivas y sanciones administrativas rigurosas y de un claro código de ética profesional, podrán impedir que ciertos empresarios estatales y especialistas del diseño y la comunicación bajo su dirección ofrezcan a sus compatriotas como carne sensual libidinosa disponible, y la naturaleza, los servicios y los productos de su patria como ocasiones de acceso a esos cuerpos, o permitan que sus socios comerciales extranjeros los ofrezcan. Iniciativas y medidas tanto más urgentes cuanto que elementos del creciente sector privado –buena parte del cual ya se revela nada escrupuloso cuando de obtener ganancias se trata– podrían apelar, y probablemente apelarán, a ese marketing de probada eficacia en la atracción masiva de lo peor del turismo mundial.

16 respuestas a “El nuevo cartel de la Bucanero: ¿es inútil la crítica social ante empresarios, economicistas y econócratas?”

  1. Es importantísimo socializar este tema. No he visto tu presentación, pero si demasiada publicidad burda con todos los elementos que apuntas. Por ejemplo me ofende una del helado Nestlé. Ya he retuiteado tu mensaje y te mandé otro en el que digo que ofenden a mujeres cubanas y al pueblo en general y los responsables son los empleadores imbéciles que pagan con el dinero del pueblo a estos estafadores que pasan por publicistas y que en todos los sentidos nos dañan. Que cada quien cumpla su responsabilidad y con su trabajo. Adelante con esta denuncia a los burócratas que nos insultan como mujeres y como ciudadanos a todos. ¿no les bastó con lo sucedido con los perfumes?

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    1. Perdón, rectifico la presentación es de Navarro como se explica en el texto.

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  2. Avatar de gabriela reyes
    gabriela reyes

    Muy buen artículo, que bueno que sigan siendo estos temas objeto de preocupación de los intelectuales cubanos.

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  3. Estoy de acuerdo con usted, pero también pienso que en las condiciones económicas actuales tenemos que competir en un mundo capitalista, recuerde que el bloque socialista ya no existe, la mujer cubana se defiende con su actitud y sus principios éticos y morales. Nuestro teatro vernáculo tenia como personajes al negrito, al gallego, a la mulata y al policía. Hubo una época que era difícil hacer programas humorísticos porque entonces denigrábamos a algunos de los anteriormente mencionados. Entonces acudimos al cartero, pero la queja fue la misma, entonces ni bombero, ni policía, ni negrito, ni mulata ni gallego. ¿Que pasó? No habían programas humorísticos buenos en la televisión cubana. Ahora necesitamos divisas para desarrollar el país, después vendrán tiempos mejores en los cuales podamos ocuparnos de su preocupación. Ahora hace falta atraer mercado. Pero sigo estando de acuerdo con su preocupación.

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    1. Estimado Vadivia, entiendo su preocupación en cuanto al tema económico, lo que pasa es que en estos temas (supuestamente no económicos) no se puede pifiar porque estamos hablando de la dignidad de las personas, la cual no es intocable, muchos mas en un proyecto que se anuncia socialista. Si acceder a recursos materiales implicar tener que usar a las mujeres como si fueran botellas de ron, pues no lo hallo posible. Sin hablar de como con la publicidad se instala en el imaginario popular una serie de estereotipos que son muy lamentables. No se puede construir algo tan grave pensando que luego se va a desmontar. Si no fijese Ud. como nos ha costado desmontar el racismo, tanto que aun no lo logramos. Muchas gracias por su valioso comentario

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  4. Avatar de Rafael del Valle Morelos
    Rafael del Valle Morelos

    El analisis y denuncia es oportuno. Sin embargo, pienso que la publicidad actual de muchos productos basada en el modelo sexista responde mas bien a una revisitacion a la que se arrraigo en los años que Desiderio relata, del periodio prerrevolucionario. Me atrevo a decir que los publicistas mediocres autores de estas insensateces colosales han recodificado el sexo como destino turistico que a su vez es promovido por un determinado sector social que se relaciona con el turismo . Es una burda manera de capitalizar ciertas tendencias y mitos en aras de estimular uno de los renglones mas importantes de la economia.
    Sin mojigaterias, el mito de la mulata existe (desde Cirilo Villaverde hasta aca no ha parado de crecer), el de la sexualidad desbordada de los negros, y el cubano como maquina sexual se autoafirma a diario en nuestras calles.
    Otra cosa es elevarlo a la categoria de producto comercial. Y es ahi donde los cabronzuelos adivinan el filón de oro.

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  5. ¡Tantos valores que tenemos y que podemos promocionar!.

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  6. PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

    Madre, yo al oro me humillo,
    Él es mi amante y mi amado,
    Pues de puro enamorado
    Anda continuo amarillo.
    Que pues doblón o sencillo
    Hace todo cuanto quiero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

    Nace en las Indias honrado,
    Donde el mundo le acompaña;
    Viene a morir en España,
    Y es en Génova enterrado.
    Y pues quien le trae al lado
    Es hermoso, aunque sea fiero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

    Son sus padres principales,
    Y es de nobles descendiente,
    Porque en las venas de Oriente
    Todas las sangres son Reales.
    Y pues es quien hace iguales
    Al rico y al pordiosero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

    ¿A quién no le maravilla
    Ver en su gloria, sin tasa,
    Que es lo más ruin de su casa
    Doña Blanca de Castilla?
    Mas pues que su fuerza humilla
    Al cobarde y al guerrero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

    Es tanta su majestad,
    Aunque son sus duelos hartos,
    Que aun con estar hecho cuartos
    No pierde su calidad.
    Pero pues da autoridad
    Al gañán y al jornalero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

    Más valen en cualquier tierra
    (Mirad si es harto sagaz)
    Sus escudos en la paz
    Que rodelas en la guerra.
    Pues al natural destierra
    Y hace propio al forastero,
    Poderoso caballero
    Es don Dinero.

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  7. Reblogueó esto en Dibeertingy comentado:
    Para cuándo una publicidad inteligente? Vale para la cerveza y vale para todo lo demás.

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  8. Tampoco podemos negar que nuestro país más que un destino turístico, se ha convertido es un destino sexual, sobretodo para la vieja Europa, tanto mujeres como hombres buscan ese mulataje.
    Sin embargo no es justificable el facilismo y la mediocridad de algunas empresas -cubanas sobretodo- a la hora de concebir una estrategia de publicidad medianamente aceptable. ¿Será culpa de nuestros directivos de prohibir esta practica durante tantos años, que apenas existe una cultura del consumo? O quizas el desabastecimiento y falta de competencia con otras marcas? De cualquier modo degustar una cerveza invoca disímiles placeres, pero lejos todos -al menos para mi- de índole sexual. Gracias Desiderio por este importante análisis.

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