Hace solo unos días, la República de Cuba estrenó nuevo Presidente y también, la novena legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano de gobierno en el archipiélago, eligió un nuevo Consejo de Estado.

Las expectativas acerca de la designación del ex profesor universitario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a pesar de que era un secreto a voces, y la euforia e incertidumbre devenidas de una supuesta Cuba sin Castros, entre otras cuestiones, han hecho evidente un silencio casi rotundo acerca de que cuatro personas negras (dos hombres  y dos mujeres) formarán parte, hasta 2023, de la cúpula del gobierno cubano.

Por otra parte, varias personas me han escrito para preguntarme sobre este «ennegrecimiento» del poder en Cuba. En la anterior legislatura ya teníamos en cargos de alto nivel a los dos hombres, Juan Esteban Lazo Hernández y Salvador Valdés Mesa y, con la selección de Inés María Chapman Waugh y Beatriz Jhonson Urrutia como vicepresidentas, le «entra más color» al gobierno, por llamarlo de algún modo,

Antes de referirme a estas afrocubanas, quiero detenerme en la designación del ingeniero agrónomo Salvador Valdés Mesa como Vicepresidente Primero y en la ratificación de Juan Esteban Lazo Hernández, como Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Salvador Valdés Mesa, quien otrora fuera el Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de Cuba, Ministro del Trabajo y Seguridad Social, Secretario General de los Trabajadores Agropecuarios, entre otros cargos, no es de la generación de los «históricos», entiéndase, aquellos que en 1959 lideraron la Revolución, sino de una posterior. Es por ello que su designación como Vicepresidente Primero cobra cierta importancia, teniendo en cuenta además que los históricos dejan el poder, en su mayoría, cuando los «empiyaman» (defenestran) o fallecen.

Tampoco lo es Esteban Lazo, como se le conoce popularmente, ratificado como Presidente de la Asamblea Nacional en la presente legislatura, cargo en el que llevaba 5 años, al cual se le sumarán los cinco que acaban de empezar y, si todo sale bien, habrá de dejar en el 2023, con la edad de 79 años.

Antes de llegar al momento actual, Lazo ha acumulado un recorrido amplio y diverso en el poder político de Cuba, entre ellos haber ocupado consecutivamente la secretaría del Partido Comunista de Cuba en las provincias Matanzas, Santiago de Cuba y La Habana. Desde 1981 es diputado al Parlamento y desde 1992 Vicepresidente del Consejo de Estado.

Se le conoció además por representar al Estado en asuntos relacionados con las relaciones bilaterales con países del Caribe, África y Asia. El 25 de febrero de 2013 fue electo Presidente de la Asamblea Nacional de Poder Popular de Cuba.

NEGRAS CUBANAS TENÍAN QUE SER

Como les decía anteriormente, en Cuba se acaban de elegir dos mujeres negras entre las sietes personas a ocupar puestos en la vicepresidencia del país. Mujeres jóvenes por demás, teniendo en cuenta el envejecimiento del Parlamento cubano (tan solo algo más del 13% de diputados y diputadas menores de 35 años).

Ellas son:

Tomado de Cubadebate.

Ines María Chapman Waugh es una mujer holguinera, ingeniera de profesión, Máster en Ingeniería Hidráulica y Presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos. Como le decía a una amiga, no hay cubana o cubano que no la conozca, pues ha sido la cara del Instituto que dirige, para ofrecer información relevante y fidedigna, durante la temporada ciclónica que cada año sacude a las islas cubanas.

Chapman Waugh fue diputada a la Asamblea Nacional para su VII Legislatura y desde el 2008 es miembro del Consejo de Estado. En el 2011 resultó electa miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

También ingeniera de profesión, la santiaguera Beatriz Jhonson Urrutia fue electa vicepresidenta de la Asamblea Pro­vincial del Poder Popular en Santiago de Cuba, en el año 2011. Desde julio del 2016, es la Presidenta de dicho órgano de gobierno.

En el año 2013, Jhonson Urrutia llega como diputada al Parlamento cubano. En el séptimo Congreso del Partido fue electa miembro del Comité Central.

Ambas son mujeres que provienen de la base, que han desarrollado una carrera profesional antes de llegar al puesto que hoy ocupan o paralelamente a su carrera política.

Como dije recientemente en un texto dedicado a la política costarricense Epsy Campbell, nadie les ha regalado nada, sino todo lo contrario; precisamente por ser mujeres negras tienen que haberse partido la vida estudiando y trabajando para llegar a donde hoy están; lo cual no termina con el arribo, ahora comienza una especie de «puesta a prueba» solo porque son negras, o sea, «que lo hagan a la entrada o a la salida».

EL SILENCIO TAMBIEN ES RACISMO

Ahora bien, ¿por qué estas designaciones no han sido tomadas con entusiasmo, ni siquiera resaltadas suficientemente, por la prensa y las personas en general? Se me hace sospechoso teniendo en cuenta que, en la actual legislatura, esta es la novedad rotunda; lo de Díaz-Canel era «pan comido». Por demás, ahora la prensa se concentra en la «primera dama» y otras frivolidades y siguen sin dedicarle atención a este asunto.

El primer punto es que la invisibilización es una de las formas en las que opera el racismo, el silencio también dice y a veces más que la palabra. En mi opinión, lo que acontece es la conjunción del ontológico «miedo al negro» con el neorracismo de cada día, que incluye además la consideración de que hablar de negritud, racismo y discriminación racial divide la nación.

Sobre esto último en particular, quiero añadir que aún entre la gente más comprometida con otras causas políticas y con el activismo, se continúa pensando que la cuestión racial, en cualquiera de sus dimensiones,  diluye una meta suprema, cualquiera que esta sea, cuestionándose entonces desde el uso de términos como «afrocubano» hasta la existencia de racismo estructural en Cuba.

Si bien existe una tendencia a considerar que la temática racial no sufrirá cambio alguno, es importante señalar que la elección de estas personas, y en especial de las dos vicepresidentas, habla a favor de la inclusión o al menos evidencia que ha sido tenido en cuenta el tema en las altas esferas del poder en la isla.

Evidentemente, ninguna persona que ocupa un escaño en la Asamblea Nacional tiene una agenda antirracista. Quiero llegar más lejos al asegurar que no podrían tenerla para poder sentarse en el Parlamento cubano y lo entiendo como una evidencia del racismo en sí mismo, unido a las particularidades del sistema electoral cubano y cómo se llega a ser «político» en Cuba, país donde el activismo independiente queda fuera de los espacios legitimados de poder, y que incluye que personas sin intereses políticos ni reconocimiento público alguno, puedan estar sentados por cinco años en el máximo órgano de gobierno en el archipiélago.

Se necesitaría además convencer a la cúpula de gobierno cubano de que el racismo es el problema más apremiante que tiene la sociedad cubana en la actualidad; en tanto se conecta con otros, como la pobreza, y obstruye el disfrute de derechos básicos y universales por ejemplo, el acceso a la educación universitaria.

Parte de este temor ante el tema racial, se evidencia también en el hecho de que numerosos libros, investigaciones, tesis de grado, maestría doctorados, etc. no logran aún impactar de manera contundente a quienes toman las decisiones en Cuba. No sé que es lo que faltaría para que se reconociese abiertamente dicha problemática, con todo lo que ello implica, y se propongan políticas públicas que hagan frente al racismo.

El tema racial no aparece además como objetivo explícito de ninguna de las diez comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea del Poder Popular, de las cuales al menos en tres de ellas se me hace pertinente: la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, la de Asuntos Económicos y la de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

EN CUBA NO HAY RACISMO, REALLY?

Si hay un tema en el que gente cubana antagónica se une, este es el de la discriminación racial. Personas tanto a favor como contrarias al gobierno de Cuba defienden, a ultranza, la idea de que en Cuba «los negros y los blancos son iguales», para unos, iguales de felices, para otros, iguales de «escachaos».

Lo anterior secuestra la discusión en un punto en el que ya deberíamos estar implementando soluciones a los problemas, que logren disminuir, por ejemplo, la sobre-representación de negros y mestizos entre la población carcelaria o permitan el establecimiento de acciones afirmativas en el ámbito del trabajo por cuenta propia.

Por demás, algunos que se oponen frontalmente al gobierno cubano desde el exilio, en este tema hasta reconsideran su posición. Como afirmé hace más de un año, las personas negras no tenemos nada que esperar de ciertos sectores del exilio cubano.

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Imagen compartida en FB por un cibernauta.

A la sazón, alguien me preguntaba si hay políticas de cuotas en Cuba. Yo no podría asegurar ni contradecirlo; sin embargo, el hecho de que más personas negras estén en esta representación (imperfectísima) del pueblo cubano me llena de optimismo.

También como dije hace poco para Campbell, yo no les pido nada a nuestro vicepresidente y nuestras vicepresidentas -atendiendo al color de la piel-, que no le pidiese a otros diputados y diputadas; el problema del racismo y la discriminación en Cuba necesita el concurso de la sociedad en general y de cada persona, cada quien desde los espacios de actuación y las cuotas de poder y de privilegio que ostenta.

9 respuestas a “¿Por qué no es noticia que Cuba tenga tres personas negras en la vicepresidencia del país?”

  1. Tambien escribi algunas notas, que mas tarde compartire a raiz del discurso de Raul Castro, no se ha hecho viral esta noticia ya que para los medios sigue siendo invisibilizada la cuestion racial en Cuba. No basta con que el presidente saliente asumiera ciertas particularidades en esa tematica, (en la cual vi algunos cameos de camara donde hasta el presidente del ICRT reia) no basta con que Diaz Canel ponga una mano en el Hombro a Salvador Valdez, no basta con que se asuma una que otra imagen, la cuestion sigue siendo estructural, no es conveniente que los negros asuman la historia, asuman partido en la politica, asuman identidad cultural desde las raices afrocubanas. Soy de las que opinan que ahora es el momento de tomar cartas en el asunto. Vi muchas miradas, estudie las palabras detalladas en el discurso de Raul y concuerdo contigo en que hay muchos que van a poner a duras pruebas a esos tres compañeros negros… a la espera de que fallen o hagan «una negrá» (tipica frase racista). No creo que exista una agenda, no existira nada porque estamos sumamente divididos. Habrá que volver a las raices, habra que discutirse muchas otras cosas qeu conciernen a lo Afrocubano, prefiero que lo hagamos los negros y negras de este pais, no quiero escuchar mas que hablen por nosotros.

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  2. en lo personal, me gustó mucho que inés maría estuviese entre las elegidas… cada vez que sale por televisión esta mujer desborda conocimiento, sensatez, buena expresión y talento… tiene para mucho más…

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  3. Gracias por señalar esto Sandra, tienes razón que se ha minimizado el tema y ese silencio tiene matices raciales también.
    Saludos

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    1. Asi es Harold. Gracias por pasar por aquí. Abrazo

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  4. […] This article appeared originally on the blog Negra cubana tenía que ser.  […]

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